Bendita rutina

Viernes 23 de octubre, abro los ojos en torno a las 9 y media, siempre tengo el despertador unos diez minutos adelantado. Sonrío feliz de haber dormido de un tirón y sentirme despejada, me estiro con cuidado, tengo un gato a los pies de la cama y otro pegado a la espalda. Me acurruco de nuevo con mi almohada dejádome rozar el cuerpo desnudo por el edredón mientras mentalmente le doy los buenos días al Amo con la oración de la mañana. Tras otra media hora de remoloneo completamente gratuito y por puro vicio alargo la mano a la mesita de noche y pillo mi cepillo de dientes tuneado. 

Me masturbo (aquí sí, para estos menesteres necesito la cama para mí sola y empujo a mis dos compañeros felinos fuera de ella) Mi cabeza se marcha a la última sesión, al último "Ven puta, haz tu trabajo" y me dejo llevar por las sensaciones. Un guantazo... un varazo... un "Qué eres?. Tu puta, mi Señor"... Cada vez siento más la excitación. Fantaseo con el dolor insoportable, el dolor extremo, ese que arranca súplicas de piedad, sangre, fuego... Mi marca. Ven puta, abre tu boca... Y exploto en gemidos desvergonzados de éxtasis consumado. Un intenso orgasmo que me hormiguea hasta la nuca. Recupero el aire, abro los ojos y susurro sonriente "gracias, Amo"

Ya puede comenzar un día más. 

Mientras me voy haciendo el café repaso los planes. Hoy viernes coincidiré con Amo en el trabajo, asi que debo prepararme con esmero y hacer cena. Saco del congelador una paletilla de cordero que compré la semana pasada (nunca dejo pasar una oferta de carne). Hoy Amo tendrá una perra y una cena dignas de su talla.

Desayuno, por supuesto, al sol en la terraza. Parece mentira que todavía haga tanto calor, quiero aprovechar estas temperaturas al máximo y tengo el mejor lugar del mundo para ello. Con el café en una mano ojeo en el móvil las redes sociales y me doy una vuelta por los grupos de amigos de morbo. Mentes sucias, morbosas y excitantes como yo.  Saludo, respondo, opino en los debates y de vez en cuando mando un par de gifs cochinos de los que me gustan. Grandes dosis de dolor, humillación y maltrato físico... ains... que suerte tengo de compartir libremente mis morbos con gente tan maja.

Repaso la receta en Internet y organizo la mañana con los tiempos de cocinado. Según veo, a las once y media como muy tarde tengo que empezar a cocinar. Así que, dejo el móvil y me relajo al sol con un segundo café y los dos gatos a mi alrededor jugando. 

Sobre las once mi corazón se acelera al escuchar el tono de mensaje. Amo!!

- Buenos días, puta. Qué me vas a hacer de cena hoy?

* Buenos días mi dueño. Hoy te haré una paletilla de cordero lechal con patatas y cebolla. De postre aún no se qué hacer, aún tienes problemas con los lácteos?

- Sip, pero ya voy mejor.

* Algo se me ocurrirá. 

* Amo, prefieres que te lo trocee o te lo vas a comer a lo señor feudal agarrando el hueso?

- A lo señor feudal. Jajajaja!

* Jajajaja! me parece muy bien. Así será.

- Bueno, luego nos vemos, churri, hoy tengo una mañana liada. Esmérate hoy.

* Claro, lo haré. Te quiero.

- Más te vale. 

Vuelvo a mis quehaceres. Hay que organizar la zorrera. Siempre intento tener limpia la cocina antes de comenzar un menú para el Amo. Lo del postre... Me parece que iré a la panadería y pillaré un buen bollo de chocolate, también hay que coger las cervezas. Ah! y los chicles de menta!. Gasté el último en la cita anterior. 

A las once y media comienzo mi receta. Me coloco mi collar de perra bien prieto al cuello. Así estoy pendiente en todo momento para quién estoy cocinando y no me entretengo con otras cosas.

Patatas panadera, cebolla en juliana, sal y pimienta, vino blanco y el horno bien caliente. Ajo no. Amo odia el ajo. Algún defecto tendría que tener... en fin. ; )

Poco a poco se va acercando la hora de mi salida al trabajo. Tengo que preparar además mi comida y el tupper para mi cena. El tiempo vuela y yo con él. Mientras el horno hace su trabajo aprovecho para asearme, depilarme y pintarme las uñas. Hoy Amo no pidió peluca, o juguetes, así que tengo más tiempo para arreglarme.

...

La una y media. Voy a comer. He reservado un cachito de cuello de cordero para mí y unas patatas, por supuesto, acompañado de una copita de vino blanco. Me voy a comer al salón tranquila mientras veo el programa de cocina de Arguiñano. Me da unas ideas estupendas. Compruebo que el cordero ha quedado espectacular. Aún podría estar un ratito más en el horno, aunque las patatas podrían deshacerse. 

Tras mi comida comienza la "Operación Tupper".

La encimera de la cocina a las dos y media de la tarde parece la bandeja de salida de un cattering:

- El tupper grande de cristal con el cordero de Amo.

- El tupper de mi ensalada para la cena.

- El paquete de papel con la palmera de chocolate.

- La bolsita isotérmica con las cuatro cervezas.

Preparo la mochila, Meto todo el arsenal alimenticio e incluyo el collar, un libro para leer, fruta para la merienda y una botellita térmica con vino fresquito para la noche acompañar a Amo durante la cena. Al colocármela pesa la cabrona como si llevase detrás a mi sobrino de once años. La cocina está como a las diez de la mañana.. ya la recogeré otro día... jajaja!

Tras preparar a los gatos salgo de casa. No puedo llegar tarde al trabajo. Y me queda un largo camino. Mejor no ajustar demasiado los tiempos.

.....


Comienza mi jornada laboral, repasos de escenografía de ultima hora, trabajos en el taller y ensayos. Se acerca la hora en que Amo entra a trabajar. Muero de ganas de verle. Mi móvil me avisa de que ha llegado.

- Hola zorra, qué tal la mañana?

* Ey... ! Muy bien. Tu conseguiste hacer todo lo que tenías planeado?

- Sip.  Estoy hasta las pelotas de la burocracia.

* Jajajaj! Imagino. Luego nos relajamos un rato.

Cada uno hacemos nuestras funciones, generalmente no nos vemos durante la tarde. Ambos trabajamos en secciones diferentes y coincidimos apenas unos minutos.

La función sale perfecta. Los dos pases, además. Ya tenemos el aforo completo, aunque siguen siendo obligatorias las mascarillas y los protocolos de entrada y salida del público. Afortunadamente viene mucha gente al teatro. No es que estemos en una ciudad muy poblada, pero se nota que hay ganas de salir y nosotros encantados de que vengan al teatro.

Tras la recogida de la utilería, los chequeos de taquilla y los informes de regiduría, el trabajo se acaba y salimos todos del teatro...Todos? No. Yo me quedo en el almacén esperando a que salga el último y Amo cierre las puertas. El móvil vibra en mi mano.

- Cuando quieras.

- Bien....voy a calentarte la cena. 

Me acerco al office y coloco el cordero junto con la guarnición en un plato enorme que caliento en el microondas. En la mesita de su puesto de trabajo se lo sirvo, junto con una cerveza. Saludo cariñosa y nos besamos un rato.

Me siento en el suelo a su lado con mi botellita de vino. Amo pone una serie en el ordenador y prueba el cordero. No puedo evitar ese momento de tensión en la boca del estómago por si no le gusta.

- Mmm. Muy bueno.

- Bieeeen... 

Ahí ya respiro tranquila. Amo cena con hambre, saboreando cada bocado, intercalando carne, con la guarnición. Me gusta tanto verle comer... cómo selecciona los bocados, se pelea con los trozos más complicados... Mastica y traga ajeno a mí, pendiente de la pantalla y de no mancharse el uniforme con la salsa. 

Me excita verlo terminar de comer, rebañar el hueso con las manos, incluso a veces beber del plato la salsa para que no se desperdicie nada. No existe mayor satisfacción en el mundo que ver a alguien feliz con algo que he preparado. Punto para arween.

Tras un ratito más de serie y una charla de amigos, por sorpresa, Amo golpea fuerte mi cara con el revés de la mano.

- Venga, puta. Termina tu trabajo.

- Si, Amo. 

Él se levanta la camiseta exponiendo los pezones, a donde me dirijo con mi sonrisa mas lasciva que sé poner y asomando la lengua ligeramente.

- Bien, puta... usa tu lengua. 

Lamo con amor un pezón mientras humedezco un pulgar y masajeo el otro. Amo se está excitando y yo con él. Me pellizca fuerte un pezón a través de la camiseta. Desde que tengo los aritos tengo muy sensibles los pezones y hago una mueca de dolor intenso, gimo.

- Te gusta?

- Si, Amo.

- De quién es esta teta?

- Tuya, mi Amo. 

- Bien. 

Acerca su lengua a mi oreja y la sorbe y estruja con la boca. sabe que eso me pone cachondísima. Respira con ansia y lo escucho dentro de mi cabeza. La fantasía de mi Amo convirtiéndose en un Kraken, lleno de ventosas y tentáculos que se me meten por todas partes... el sonido de la lengua y la respiración multiplicado por mil dentro de mi oído... Amo... creo que me voy a correr de un momento a otro.

Como si me hubiese leído el pensamiento Me ordena sin salir de mi oreja. 

- Córrete, puta 

Mi cuerpo deja salir la excitacion, aprieto fuerte para soltar, tiemblo hasta las manos y me empapo la entrepierna. 

- Gracias.... - Digo al recuperar la respiración.

Vuelvo a los pezones. Amo está cada vez más impaciente por que baje, noto como sus brazos se mueven, escucho la cremallera del pantalón, pronto llegará la orden.

- Cómeme la polla, zorra.

Sonrío y levanto la vista sin guardar la lengua. Lo miro con hambre y me inclino despacio hacia la entrepierna. El, impaciente, empuja mi cabeza contra sí mientras levanta la pelvis haciéndome tragar de una vez hasta el fondo. Me aguanta unos segundos, una arcada... dos... tres... rezo por que la ensalada de mi cena esté digerida y no le apetezca asomarse. Afortunadamente no vomité, hice bien cenando tan pronto. Amo me suelta y levanto la cabeza para coger una bocanada de aire, vuelvo a metérmela en la boca, subo y bajo el torso con ritmo suave, Amo acompasa con su cadera. Está disfrutando de su puta y me lo hace saber con gimiendo e insultándome.

Me vuelve a agarrar del pelo, esta vez para empujarme al suelo. Se ha cansado de tenerme de lado y me quiere arrodillada entre sus piernas. Obedezco. Aguanto en esa postura chupando con velocidad un buen rato mientras escucho de fondo la serie. Tras unos minutos, Amo va llegando a su punto álgido, momento en que se pone de pie y me empuja hasta que mi cabeza golpea contra la columna para embestir mi boca con violencia mientras me agarra del pelo. Ahí abro la boca al máximo y me dejo hacer. Subo mis brazos para acariciar sus pezones mientras él va avisando que se va a correr en mi boca y que adora follarse mi puta cabeza. 

Finalmente descarga dentro, mantengo la boca llena y abierta esperando la orden.

- Traga, zorra - Obedezco feliz. 

Termino de limpiar con mi lengua cualquier gotita que pudiese haber quedado y lo ayudo a componerse el uniforme.

Vuelvo a mi lugar en el suelo y seguimos viendo la serie. Cuando Amo cree conveniente me hace recoger todo y me manda a casa. Directa y sin torcerme. 

- No Amo, no me torceré - Sonrío, le beso y le abrazo, él se deja hacer - Te quiero mucho.

- Más te vale. 

- Mañana nos vemos?

- Nop. Hasta el miércoles nada.

- Vale. Vamos hablando?

- Vete ya.....

- Que siiiiii jajaja! (se notó que me costaba irme)

Y tras el viaje de vuelta, completamente zombi y feliz como una adolescente, llego a casita, juego con los dos taraos peludos un rato y me voy a dormir. Me despido de Amo con un mensajito y le deseo un buen servicio. Rezo mi oración nocturna... y hasta mañana. 





Gracias, gracias, gracias, por estos ratitos contigo.




fantasía VIII. Barbacoa




La perra hoy está nerviosa. Ha cumplido todas las instrucciones impuestas por su Amo a rajatabla. Lleva una semana dedicada a su cuerpo: Peluquería, depilación integral, manicura, pedicura y depuración interna. 

Y ahí estaba, frente a la puerta de un chalet desconocido, bajándose nerviosa la falda que su Amo ha elegido para ella. Demasiado corta para no llevar bragas. 

En su reloj marcan exactamente las cinco y media, así que llama al timbre y espera a que le abran. Tras unos segundos escucha reír a su Amo tras la puerta hablando con más personas mientras se acerca a abrir.

- Buenas tardes, puta. Puntual, como me gusta a mí.

Instintivamente la perra baja la vista al suelo, sonríe y le presenta la correa. El Amo se la coloca en el cuello y la hace pasar al jardín de la entrada del chalet. La lleva de la correa por el camino de pizarra hasta el jardín trasero, donde la gente ríe y charla despreocupada. No pasan de la decena, calcula ella viendo los pies que se le cruzan. El olor a brasas y a carne asada la pone en situación.

El Amo busca con la mirada a alguien, cuando lo encuentra sonríe.

- Carlos!! - Grita divertido - Te traje un regalito para merendar.

- No me jodas... ¿En serio? - Carlos se acerca a la perra, que sigue con la mirada dirigida al suelo - Es... lo que creo que es??? Buah, chaval, gracias, compañero - Abraza efusivo a José Ángel.

- Un placer. Feliz cumpleaños, cabrón - El Amo le pasa la correa a su colega, orgulloso. Muchos años de compañeros de trabajo y muchos favores que quiere saldar con aquel presente. 

- Joder... una piñata humana... me encanta.

La perra traga saliva. Una piñata... ?

- Dónde la colgamos... A ver, en el porche hay unas buenas vigas, traigo los anclajes y las cuerdas y lo vamos mirando?

- Bien, te la preparo mientras.

El Amo lleva a la perra al porche y coloca una mesa bajo la viga central, chasquea los dedos y ésta se sube obediente colocándose a cuatro patas. 

La gente curiosa va acercándose  a la zona del porche. Una mujer en biquini y con un pareo a la cadera, se dirije a José Ángel, los hielos del cubata tintinean tras cada paso acompasando el sonido del tacón en la pizarra del porche, parece que lo tuviese medido. Cuando llega a él pega su pecho al hombro y le susurra lasciva al oído.

- Así que ésta es tu perra... que guardadito te lo tenías... Habrá que usarla pronto. 

- Jajajaja! pues si, ésta es mi perra. Aunque me temo que habrá que esperar algún tiempo para volver a usarla tras el día que va a tener hoy - Acaricia el lomo de la perra y le propina un sonoro azote en una nalga - ¿Quieres empezar?

La mujer sonríe ilusionada. rodea la mesa con pasos lentos, midiendo, observando y sonriendo de puro sadismo. Finalmente le sube la faldita dejándole el culo expuesto y le observa el orificio anal. Saca un hielo de su cubata y sin dejar de mirar a José Ángel a los ojos se lo mete en la boca. Lo saca despacio y lo introduce en el culo de la perra.

José Ángel acusa el gesto con una sonrisa de medio lado.

- Hija de perra, como me excitas...

Ella ríe divertida. 

- Ya tengo todo! - Interrumpe el anfitrión llegando con una bolsa de deporte.

- Genial, empecemos. Necesito una escalera. 

Otro de los invitados va al cobertizo y echa una mano a José Ángel a colocar los útiles para la suspensión. Eslingas, grilletes, cadenas y el polipasto.

- Sheila, querida, me la vas desnudando?

- Claro, amor.

La perra va dejándose desnudar lentamente por aquella mujer desconocida. La cremallera de la falda... los botones de la camisa.... disfrutaba con el tacto de las manos femeninas, recorriendo su espalda, arañando suavemente con las largas uñas sus zonas erógenas. Cierra los ojos y se deja llevar por las sensaciones.

El Amo comienza a organizar las cuerdas, y una a una va atando a la perra con cariño, metódico, nudo por nudo. Cuando la tiene lista, parece un pavo a punto de entrar al horno. Las piernas encogidas y unidas a los brazos la mantienen abierta y expuesta.

Le engancha dos mosquetones en la espalda, uno a la altura de los hombros, otro a las caderas. 

Cuando la tiene segura y a punto de elevarla se agacha hasta su altura y la mira a los ojos.

- Bien, puta, estás preparada?

Ella lo mira cariñosa a los ojos y sonríe.

- Si, Amo.

- Tienes algo que decirme?

- Estoy muy feliz, gracias por cumplir mi fantasía, Amo.

- De nada, mi puta. Tienes claro la palabra de seguridad y el gesto?

Ella asiente.

- Pues vamos entonces. 

Comienza a accionar la cadena y poco a poco la va elevando. Retiran la mesa de debajo dejando a la perra colgada boca abajo a poco más de un metro. 

Carlos babea de pura excitación... 

- Madre mía...  No sé por dónde empezar.

José Ángel le ofrece una vara de bambú gruesa. Carlos sonríe aceptando la proposición. Agarra la vara y la sacude en el aire varias veces. 

Comienza acariciando la zona del culo con la vara, avisando a la perra de la zona a castigar. A golpecitos suaves y continuos consigue sacarle un pequeño gemido de dolor.

- Igual hay que taparle la boca, algún voluntario?

Otro de los invitados levanta la mano mientras se agarra el paquete por encima del bañador. José Ángel acciona la cadena hasta que la boca de la perra queda a la altura adecuada y en cuanto está listo le mete su polla hasta el fondo, agarrándola de la cola de caballo. 

- Así mejor, gracias. 

Carlos comienza a sacudir la vara impactando con dureza en el culo de la perra. Ella intenta asimilar las sensaciones, el dolor, la falta de aire... comienza a gemir y a apretar los puños. José Ángel no pierde de vista  ni sus manos ni su cara. 

- Alguno más quiere? 

Una mujer levanta la mano. 

- Quisiera comerme ese coñito húmedo...  - Sonríe tímida - Quisiera probar.  

- Claro! todo tuyo.

Coloca un pequeño taburete y al sentarse su cara le queda a la altura de los genitales de la piñata. Acaricia curiosa los labios mayores y juguetea con los dedos. Ríe y se emociona.

- Nunca había tocado uno! Está empapada! Es como tocar pimientos asados!!!

Los invitados ríen. Otra chica más joven se acerca.

- En serio? Puedo?

- Claro que sí - Responde José Ángel. Toda tuya.




Las dos mujeres empiezan a toquetear la vagina de la perra. Juguetean con las manos, prueban a morder, a lamer... a meter los dedos, a jugar con el clítoris, mientras Carlos sigue azotando con fuerza la espalda, la barriga y las tetas de la perra. 

El dolor comienza a hacerse visible, las marcas rojas de los golpes empiezan a aparecer y la perra resopla y aúlla entre cada embestida de la polla que entra y sale de su traquea.

- Veamos qué más hay por aquí... - José Ángel trastea en la bolsa de deporte y saca unas pinzas japonesas, una pala de madera, varios consoladores, un bote de lubricante y una antena de coche extensible. Los coloca sobre la mesa.- Más juguetes. Alguien quiere?

- Guau... yo! - Aventura otro de los invitados, cogiendo uno de los consoladores.

Lubrica bien el esfinter de la perra, introduciendo bien los dedos y poco a poco juguetea con el consolador. Lo va sacudiendo dentro y mete otro en su coño. Se juntan cuatro y le estimulan coño, culo y boca, mientras otro la azota con la antena por todo el cuerpo. Tras unos segundos intensos la perra comienza a temblar.

- Amo... permiso para correrme...

- No. Aguanta, puta

Ninguno de los cuatro baja el ritmo, un minuto.. dos... tres....

La perra llora y grita de impotencia, está al límite, 

- Por favor por favor Amoooo!... No puedo más!.

- Está bien, córrete.

La perra grita para soltar tensión mientras suelta un chorro de agua del coño, creando una explosión de risas y gritos de sorpresa. Cuando deja de convulsionar y recupera el aliento agradece al Amo. 

- Bien, perra, voy a descolgarte. 

Accionando de nuevo la cadena del polipasto va  colocando de nuevo a la perra encima de la mesa y poco a poco va soltando las cuerdas y desentumeciendo los músculos agarrotados hasta que vuelve la circulación. Cuando se recupera le ofrece en sus comederos agua y los restos y huesos de la barbacoa.  

- Come algo, te lo has ganado.

- Gracias, Amo.

- Cuando termines vas a mantenerte a cuatro patas sobre la mesita baja, vas a ser el desahogo de todos hasta que nos vayamos.

- Sí, Amo.

El resto de la velada lo pasan los invitados en la piscina, charlando y escuchando música, de vez en cuando alguno se acercaba a la mesita y desahogaba su morbo con la perra, bien a base de golpes o aliviando su apetito sexual o su curiosidad por probar prácticas: Jugar con comida, enemas de cerveza, usarla como plato... Todo lo que la imaginación morbosa (y los videos de porntube) pueda inventar.

Por la noche, ya de vuelta en la casa del Amo, en premio, la perra, tras una ducha calentita y una cena especial, el Amo le permitió dormir con él en su cama. 


arween y el sexo

Es curioso ver cómo desde que soy practicante de BDSM el sexo convencional (llamando así a la penetración pene-vagina) no sólo ha pasado a un segundo plano, sino que se ha convertido en algo esporádico a lo que recurrimos como por capricho. Ni siquiera como una práctica más. 

En el caso de Amo supongo que le resultará más placentero el sexo oral (Ahí he de reconocer que no se me da nada mal, jeje...) y en mi caso por la particularidad de mi vena masoquista.

La verdad, hablando con la gente, a pocos les ocurre como a mí. Y es que cuando me excito siento como si, de alguna manera, mi piel se durmiera, dejo de sentir el tacto como lo hago normalmente. No noto las caricias, los lametones en los pezones... ni las presiones de las manos, necesito que me pellizquen fuerte, que me presionen y me muerdan para notar de verdad que me tocan. 

Con el sexo vaginal me ocurre igual. Una vez que estoy lubricada apenas siento nada. Bueno, salvo en en el caso de uno de los chicos con los que estuve, tenía la particularidad de tener una polla fina, pero lo suficientemente larga para darme justo en el punto g, pero sólo ocurría si estaba muy excitado y si yo me sentaba encima, lo que ocurría muy de vez en cuando. Acababa siendo una lotería y una pequeña frustración diaria... Me limitaba a fingir y si ese día tocaba orgasmo lo disfrutaba como si fuera un postre de navidad.

El caso es que he descubierto que al estar tiempo sin practicarlo mi vagina se cierra, así que, si tras unos meses sin practicar sexo de pronto me mete Amo su polla, se tensan tanto mis carnes que provocan dolor... Y eso sí que lo disfruto. 

Como me ocurrió la otra noche.

Tras cenar (esta vez le hice pollo asado con una super salsa de bacon y especias, con patatas. Si... lo se, llevo años diciendo que voy a hacer un apartado de comida...) y mientras le lamía los pezones, Amo me preguntó qué quería que yo le hiciese. Mi respuesta fue:

- Quiero follarte, Amo.

- Bien, y cómo quieres hacerlo.

 - Quiero sentarme encima de ti y follarte, Amo.

- Ven, sígueme, puta.

Fui tras él en silencio, me fue llevando por pasillos hasta una pequeña estancia en la que había un sofá.  Se sentó en él y comenzó a quitarse la camiseta. Por supuesto en cuanto vi el primer movimiento fui a echarle una mano y le ayudé a desvestirse.

- A trabajar, puta. Ya sabes lo que tienes que hacer.

Sonreí feliz. Sus pezones. 

Teniendo a Amo tan accesible me resultó super placentero lamerle. No había camisetas de por medio ni sillas con ruedas incómodas, Amo se recostó en el sofá con los brazos extendidos en el respaldo y yo me dediqué en cuerpo y alma a darle placer. 

Estaba excitada y mientras le trabajaba el pecho me contoneaba rozando mi sexo con su rodilla. 

- Que rico, puta... - susurraba Amo, yo me sonreía y seguía con mi labor.

De vez en cuando se acercaba a mi oreja y la lamía... Sacándome gemidos y poniéndome la carne de gallina. Luego metió su lengua en mi boca. Nos besamos y aproveché para sentarme sobre él y besarle con más intensidad. Adoro la lengua de Amo, me llena la boca y me pone cachondísima.

Así estuvimos un buen rato. De vez en cuando me separaba de sí y me abofeteaba duro, lo que me calentaba aún más.

- Te gusta, puta?

-Si, Amo... mucho.

Volvía a abofetearme más duro

- Que zorra qu eres... Te gusta así? -  Y suelta otro guantazo. Ese dolió de verdad. Gemí y me encogí.

- ... au.. Si, Amo...

- Cómeme la polla, zorra.

Me levanté de encima de él, me coloqué en el suelo, entre sus piernas abiertas y lentamente le fui desabrochando el pantalón, le quité los zapatos, los calcetines y finalmente lo tuve frente a mí desnudo, imponente y con la polla bien dura, mi plato favorito ante mí. 

A comer, puta.

Empecé a lamer suave, disfrutando del olor y la textura que tanto me gusta... y poco a poco fui metiéndomela mas adentro y con más ritmo. De vez en cuando echaba una mirada hacia arriba. Amo estaba con su cabeza hacia atrás gozando como en un baño caliente.

Tras un par de minutos me dio la orden que tanto ansiaba.

- Métete mi polla.

Sonreí triunfante, me coloqué de pie, me desnudé tranquila y me senté sobre él.

Madre mía. Sí que tenía el agujero estrecho, apenas entró el glande note una tirantez muy fuerte en mi vagina. Au, gemí, Amo sabe de mi situación y sabe que disfruto del dolor... así que no lo dudó y empujó sus caderas entrando con fuerza en mi. La reacción no se hizo esperar, solté un quejido largo y agudo, Amo siguió empujando hacia arriba, y yo sentía quemarme por dentro. 

Poco a poco, embestida tras embestida, el estrecho agujero se fue haciendo al tamaño. Paró la tirantez, aunque no el zumbido del dolor, empecé a moverme y a besar a Amo, lo abrazaba mientras subía y bajaba, sintiendo un placer indescriptible... 

Amo lleva su boca a mi oreja y me susurra la orden.

- Córrete, puta.

Obediente arween, dejé salir las sensaciones... los olores, el calor de la piel desnuda del Amo... Y me llegó un intenso orgasmo.

- Gracias... - le dije sonriéndole  

 Seguí moviéndome sin dejar de mirarlo a la cara... cómo puede este chico excitarme tantísimo...?



Agarra mi correa y tira fuerte de ella, provocando que el collar me ahogase, cada vez más, y yo sin parar de moverme arriba y abajo, entrando y saliendo... Me quedo sin aire... me aprieta mucho. Recuerdo mentalmente mi seña de seguridad por si acaso, pero no suelto la tensión ni me quejo, al contrario, le sonrío con malicia... que cabeza sádica tienes Amo... cómo te quiero. De pronto me viene un intenso placer por el coño. 

- Amo... permiso... quiero correrme....

- Córrete.

Apreté con fuerza para dejar ir la tensión, Notaba mis ojos latiendo de la fuerza y veía lucecitas flotar sobre mí. Amo suelta la correa y me desmorono sobre él. Agradezco el orgasmo tras recomponer la respiración, Amo sonríe, y me ordena seguir con mi trabajo. 

Repetimos la experiencia más veces, todas ellas finalizando en orgasmo... La verdad es que ni sé los que fueron... De vez en cuando Amo tomaba la correa y con el extremo del mango azotaba mis tetas y mi cara, consiguiendo aumentar mi placer y por tanto intensificar el clímax.

Cuando ya no fui capaz de correrme más, agotada del ejercicio y exhausta de placer, al fin Amo me deja descansar.

- Cómeme la polla hasta que me corra.

Me levante feliz y con un gran escozor en mi coño. Así sí que mola follar, ves? 

Me coloqué entre las piernas del Amo, volviendo a mi trabajo inicial, Saboreando mis fluidos en él, me gusta mi sabor. Es interesante la combinación de sabores de Amo y el mío... creamos una buena mezcla jajaja!

Amo se fue excitando por momentos, Apretaba mi cabeza contra su pelvis llegando a mi tráquea y provocándome fuertes arcadas, tras unos segundos de presión me soltaba y volvía a respirar, acelerando mis movimientos de cabeza y lengua.

-Sii... puta, que rico la chupas... voy a correrme, puta de mierda...- Amo me insulta mientras vuelve a apretar mi cabeza metiéndome la polla nuevamente al fondo. Cada vez más violento, cada vez más duro. Hasta que tras un largo quejido de puro placer, Amo se corre en mi boca y se separa de mí.

- Buena chica. Traga - Me dice mientras me da golpecitos en la cabeza. Sonrío feliz y obedezco.

Nos vestimos los dos, y tal y como llegamos, salimos de la estancia, yo detrás de él componiéndome el pelo y colocando mi correa a la espalda, el juego que da el puñetero collar con la correa... qué buena compra hice jajaja!

Tras volver al sitio, él en su puesto y yo en el mío, en el suelo, seguimos viendo la serie, charlamos y seguimos hablando de nuestras cosas, de vez en cuando le sonreía y me abrazaba a su rodilla.

- Tú solo te corres una vez, Amo.

- Si, por?

- Porque no sabes lo que te pierdes...!

Nos reímos... Estaba feliz como un perro con dos colas.

- Bueno... a esperar otros seis meses - le dije burlona, saboreando mi ardor genital - No te importa?

Amo me mira cariñoso y sonríe.

- No pasa nada...


Al final se nos hizo tarde... Amo tenía su ronda y yo ya no debía estar ahí, asi que recogí y marché a casa, satisfecha de un muy buen polvo y una noche maravillosa con mi Amo... 


Me siento la mujer más afortunada del mundo. Gracias, Amo.


Te quiero


 

Idealizar al Amo

Anoche Amo y yo pasamos una noche estupenda.

No es que hiciera mucho que no nos veíamos, apenas un par de días nos separaban de la última vez juntos, pero tenía más ganas de verle de lo normal. Estoy leyendo la novela de un amigo, y me sube la temperatura bastante. No es muy aconsejable leer BDSM en el trabajo, aunque en mi caso, sabiendo que al final de la jornada voy a tener mi dosis de Amo... pues me dejo encender por las páginas y así estoy en la temperatura justa cuando me es requerido.


El caso es que tras la cena (dos buenos entrecots con salsa roquefort y puré de papas casero) le comentaba que tenía una nueva fantasía y que la escribiría en el diario. Y hablando de todo un poco, finalmente, mientras se levanta y va a por una cerveza al congelador, me reprende.

- Me idealizas demasiado.

- Claro (le contesto desde mi sitio, en el suelo), es mi trabajo. Esto es parte del rollo de ser tu sumisa. Que te idealizo. Gracias a eso me mantengo caliente, me masturbo cada día y tengo morbo extra de sobra para calentarte siempre que me lo pidas. Así tienes a tu puta disponible cuándo y como gustas, tu cena preparada con dedicación digna del mejor de los chefs, buena conversación y compañía impecable. Sales ganando.

- Sí. Es verdad, salgo ganando.  

Amo vuelve de la nevera, se coloca detrás de mí y me coge un buen mechón de pelo tirando hacia arriba. Me lo tensa tanto que me levanta hasta que me quedo de rodillas, sin soltar el pelo se lleva mi cabeza a su entrepierna y se restriega con mi pelo. Mientras tira con una mano, con la otra comienza a abofetearme la cara con fuerza. Duele mucho, pero gimo. Me gusta que el Amo me abofetee. 

No parece muy contento con mi reacción y continua cada vez con más fuerza hasta que tras el gemido me sale un au... Repite golpeando mi cara. Intento esconderla entre sus piernas, pero no me deja. Tiene tan tenso mi pelo que me inmoviliza la cabeza. 

Comienzo a llorar. Amo se da por satisfecho con mi reacción y me libera. Se va hacia el asiento mientras se sube la camiseta.

- Haz tu trabajo, puta.

Ya no lloro. Sonrío de medio lado y me incorporo para lamerle los pezones. Siiiii... me encanta.

Amo sigue viendo su película y tomando su cerve fresquita mientras me dedico a darle placer, está satisfecho y me excita ser la artífice de esa sensación.

Amo se lleva mi cabeza hacia sí y me lame la oreja, sin cuidado, babeando y respirando mientras lame con dureza. Sabe que me pone cachondísima que haga eso... tras unos segundos, me susurra.

-Córrete, puta.

 Me dejo llevar por las sensaciones. La excitación de la espera, mi calentamiento de la tarde, el dolor intenso en mis mejillas, la respiración de Amo, su olor y su calor en mi oreja... Estallo en un orgasmo intensísimo que me hace temblar desde la nuca hasta los dedos de los pies.

- Gracias, Amo. - Logro decir tras recuperar el aliento.

- Sigue.

Obedezco y vuelvo a lamerle los pezones, uno con mi lengua el otro con el pulgar previamente salivado.

De fondo, en la película, suena una música divertida, y comienzo a contonear mis caderas al ritmo. Estoy disfrutando como una cría... Amo agarra entonces mi correa, que cuelga por la espalda enganchada al collar, con tranquilidad, noto como la manipula para cogerla en condiciones y me arrea un fuerte correazo en la parte baja de la espalda. Lejos de demostrar dolor, gimo y mientras sigo lamiendo, contoneo el culo pidiendo más. Él responde a mi súplica con tres correazos seguidos en el mismo punto, lo que me saca un aullido de dolor e instintivamente me agacho.

- No te he dicho que pares. Sube, zorra.

Cuando el dolor mitiga, tras un par de segundos, vuelvo a levantarme a reanudar mi trabajo. Amo sigue azotando varias veces mi culo y mi espalda con la correa, el dolor es tan intenso que nuevamente me sacude un temblor desde la nuca. 

-Amo, por favor... Quiero correrme..!

- Córrete.

Volví a estallar, a apretar con fuerza dejando que la excitación se apodere de mi cuerpo, Gimo y lloro de pura tensión. Finalmente el orgasmo pasa y vuelvo a mi trabajo.

- Gracias, Amo.

- Métete mi polla en la boca - Me ordena desabrochándose el pantalón. 

Mi premio, duro y caliente, por fin, me confirma que me he portado como se esperaba de mí, que he sido una buena puta. Ahora voy a llevar al Amo al clímax. Con mi mejor cara de vicio que sé poner abro la boca y sin dejar de mirarlo a los ojos voy aproximándome lentamente a su polla. Finalmente lo pierdo de vista y me concentro en darle todo el placer posible con mi órgano sexual favorito, mi boca de zorra hambrienta.

- Uuuuh... que rico, puta.... No pares, hoy te vas a beber mi leche, zorra de mierda... que sólo sirves para chupar pollas... abre bien esa puta boca... 

Amo sigue insultándome entre gemidos y  movimientos de pelvis, acompasando los míos de arriba a abajo, del glande a la base, profundos, con la lengua, hasta abrir mi garganta.

Finalmente, tras unos minutos deliciosos, se corre dentro. Como siempre tras vaciarse, me mantuve con la boca abierta en espera de la orden.

- Traga, zorra - Obedecí sonriente. Feliz.

Tras componerle el uniforme y colocarle el cinturón seguimos viendo la película tan a gustito hasta que un rato despues, comprueba en el reloj que es hora de marcharme para casa.


En el camino de vuelta, en el coche, no dejaba de darle vueltas... Idealizo demasiado al Amo...? 

Y yo misma me contestaba en voz alta, pero cómo no lo vas a idealizar con lo que has pasado hoy??? 

Si con dos horas a su lado tienes morbo suficiente para mantenerte húmeda semanas enteras!

A ver, soy consciente del ser humano, del hombre, de que es un mortal con sus cosas de mortales... con sus defectos, sus manías, sus cabezonerías y sus torpezas. Y sé que son parte de él. Pero necesito crear a mi Amo en mi cabeza para que activen las endorfinas y las melatoninas esas que hacen que me humedezca y pueda ser feliz. Y sí, para eso tengo que idealizarlo. 

Hablaba antes con unos amigos del tema. Todos los bottoms idealizamos a nuestros tops. Porque el BDSM se basa sobre todo en una excitación mental, en una relación de poder de un ser sobre el otro, lo que requiere de un gran componente imaginativo. Eso no quita que fuera del juego sexual vea a José Ángel como lo que es, un compañero de trabajo al que respeto y quiero hasta niveles preocupantes... como dice él, un paquete con mucho ingenio. Un buen compañero. 

Amo... te voy a idealizar un poquito más... me dejas?












{2364} BOMBAZO !!!

 Si no lo cuento reviento...


AMO Y YO SOMOS LOS PUTOS PROTAGONISTA DE UNA NOVELA!



Hace unos meses una amiga del sótano me comentó que estaba escribiendo una novela de temática BDSM y quería ponerle mi nombre a la protagonista. Evidentemente también pondría el nombre del Amo igual que el del mío. Ambos accedimos, por supuesto. La trama no se parece nada a nuestra relación (ojalá) pero sí que hay toques que se asemejan a nosotros, Ella es de carácter fuerte, tiene que ver con el teatro... El trato dentro de la relación es bastante parecido al nuestro... (se ve que es buena seguidora de mi diario, jeje..) y es muuuuuy zorda... como yo 😏

Está ambientada en Madrid... no en mi pueblecillo, pero así mola más, le da más personalidad.

El caso es que poco a poco la aventura ha ido tomando cuerpo, me iba pasando fragmentos para leer, y cada vez me iba enganchando más a la trama. Cuando la vimos terminada le comenté... y por qué no? A que no hay huevos a publicarla? Su contestación fue:

- Que no? Agárrame el cubata.

Parece ser que la aventura dio fruto y una editorial, Atlantis, se interesó y la va a publicar en breve. Ni qué decir tiene que me he ofrecido gustosamente a ceder mi diario como plataforma para su difusión. 

Sabes lo mejor??? Que nos dedica la novela a la "Familia Sotanera". Seeeeeeh... Qué grande. 


Así que aquí estamos. Aquí va mi aportación a la causa.



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(pincha la imagen para descargar el libro en pdf)

Sinopsis:

José Ángel es un ejecutivo de 46 años que trabaja en una empresa de proyectos creativos. En su vida privada es Amo Kayser, un sádico dominante tutelado por Seuba, un anciano de la vieja guardia a quien admira y odia a partes iguales por haberle marcado un camino con el que no se sentía identificado.

Tras vivir un episodio violento con su anterior sumisa, decide romper con La Catedral, un club BDSM de muy alto nivel, y abandonar todo contacto con el protocolo y la dominación tradicional.

El nuevo José Ángel, sin protocolos y en búsqueda de un nuevo espíritu dominante, encuentra una protectora de mascotas y tras un proceso de subastas muy peculiar, decide adoptar a la sumisa 2364, una zorda masoquista, quien en su vida cotidiana es Laura, carpintera de 43 años.

Una vez que se encuentran, comienza su día a día dentro de la relación D/s en la que los límites, las prácticas sadomasoquistas y el placer por el dolor se ven condicionados por las pasiones internas y el pasado de ambos.


El precio del libro es de 18 Euros.


Para comprarlo pincha AQUÍ


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Bueno. Pues ya está. A leer, señores. Que esto mola mucho. A mi me ha parecido bestial. Tiene su puntito moñas... qué se le va a hacer, pero también es super morboso, muy explícito en las escenas importantes y muy, muy directo. Sin jeribeques ni adornos literarios. Fresca y divertida.

A medida que vayan saliendo más opiniones las iré incluyendo aquí. 


P.D. Vaya por delante el apoyo a las amas, las sumisas, las autoras, las escritoras y las blogueras 😎... Hoy 8 de Marzo. Qué buen día para sacar un libro, coño!

Grandes, Fuertes, Únicas.

Aniversario, látigo

 Madre mía... cuatro años juntos, mi Dueño. Quien me iba a decir a mi... que aquel beso... ains..

Bueno... al lío. Que me pongo moñas.


Hace un mes y pico, Jota, mi bro, me convenció para que pidiese con él un látigo a un artesano que los hacía en FetLife. Tardé en aceptar... no por el dinero, sino por el tremendísimo miedo que le tenía a los bichos esos.  Por otro lado sentía curiosidad, además, me parecía un regalo brutal para mi Amo. Un buen sádico que se precie ha de tener al menos un látigo. Y yo quería que mi Amo pudiese fardar del suyo. 


Así pues, me lié la manta a la cabeza y pedí que me hicieran uno. Quise pedir el corto, para ir probando intensidades, y no empezar con el más duro. Pero al final, se me pasó avisarlo y me vi con que había pedido el de metro y medio. Mierda...

Por suerte, cuando me llegó, vi que el ultimo tramo era simplemente una sola cuerda, así que la desanudé y dejé el remate del trenzado como yo quería en un principio, de un metro. Aun así guardé el tramito de cuerda para añadirlo en un futuro. Volví a guardar el bicho... para dárselo a Amo tras quedarnos solos en el centro.











Cuando Amo abre el paquete, esa misma noche, suelta una carcajada.

- Estás segura que éste regalo es para mí?? Porque me parece que es mas para ti...

- A ver... Es para los dos... Pero te pertenece a ti. Igual que la pala. (Le hice una pala de madera un par de años atrás, con su nombre de Amo tallado).



Cenó la mar de a gusto. Le hice esa noche un chuletón con patatas asadas, sus cervecitas bien frías, y nos pusimos una peli. 

Cuando terminó de cenar, se recostó en la butaca y mientras se subía el jersey del uniforme me ordenó.

- Haz tu trabajo, puta.

Sonreí feliz, me acerqué a su pezón izquierdo y lo lamí suavemente, me humedecí el pulgar y lo llevé al derecho, así él podía seguir disfrutando de la película sin mi cabeza de por medio.

- Joder puta, como echaba esto de menos - Me agarra del pelo y me coloca la cabeza frente a él. Me suelta un guantazo mientras me vocea- Usa bien esa lengua zorra. 

- Si, Amo - contesto con la mirada baja - Lo siento.

Continúo dando pequeños lametazos con la lengua bien humedecida en el pezón. Amo me lleva la cabeza hacia su boca y me susurra a oído:

- Cuántos azotes quieres?

Lo miro con malicia.

- Mil.

- Con el látigo?

Abro mucho los ojos asustada...

- Ah! no no!  Con el látigo uno!!

Me voltea con un empujón y me inclina sobre el mostrador, baja mi pantalón y me azota muy fuerte con las manos. Gimo de puro placer... yo sí que echaba de menos el dolor, Amo mío... no sabes cuánto.

Mete sus dedos en mis dos agujeros y los sacude haciéndome jadear hasta el orgasmo... 

- Amo permiso.....

Amo para de masturbarme. Me agarra del pelo y me lleva a tirones al fondo de la habitación, me empuja contra la pared.

- Cuenta.

De pronto noto como un corte intensísimo en el lado izquierdo de mi culo! El dolor es tan duro que me salió un grito de sorpresa. Dios mío! esto es el látigo???



Amo comienza a sacudirme el culo en varias intensidades. Levanta mi camiseta dejando además descubierta la espalda... mierda.... Siento unas punzadas durísimas, como pinchazos. Duele muchísimo.. intento analizar las sensaciones... Me recuerda a los golpes con la vara... pero en un nivel mucho más intenso y punzante. Mientras él sigue descargando... Grito, lloro... pataleo y hasta me doy la vuelta cada dos o tres sacudidas pidiendo tiempo para respirar... El fresquito de la pared me relaja enormemente la piel castigada. Buscaba cualquier excusa para ganar segundos de tregua...

- Amo... los calcetines... no salen... - Y los empujaba torpemente con los pies para que les costase aun más salir... mi cerebro... animalico.

- Deja los calcetines tranquilos y date la vuelta.

- Si... voy... - Daba un cuarto de vuelta y volvía a colocarme de frente -... no puedo Amo...! no puedo...!

- Date la vuelta ya.

Apenas me colocaba en mi posición, Amo volvía a descargar. Primero suave... luego intenso, por último tan fuerte que me saca un chillido. Me volvía a girar.

-AMOPORFAVOR!! PARAAA! 

- Colocate, puta.

Obedezco con muuucho miedo. No quiero hacerlo... apenas he girado, sin darme tiempo a mentalizarme, suelta uno super fuerte en la parte alta del muslo. Aúllo y me agacho llorando.. Suplico piedad... Pero Amo, con la voz mas tranquila que le he escuchado en mi vida, me vuelve a ordenar que me coloque en condiciones... Veinticinco cuento... Veinticinco ??? ya??? 

- Déjame respirar, Amo, por favor....

- Que te coloques...

- Au... por fav... Ni termine, amo sigue soltando latigazos en mi espalda y grito de pura rabia. 

Vuelvo a girarme y lo miro a los ojos... por favor....

- Sabes qué tienes que decir... 

Mierda... ahora si va en serio. Si digo rojo Amo dejará de golpear... pero ya llevo veintiocho... Me siento tan bien conmigo misma... ole arween! Vamos puta. Aguanta hasta los treinta. Vuelvo a mi posición exponiéndome bien. Toda una declaración de intenciones. Amo acepta el desafío y descarga con tal fuerza que vuelvo a agacharme gritando. 

- El ultimo y ya.... el ultimo Amo... el ultimo.

- Los que tú quieras.

- El último... - digo volviéndome a colocar. 

Amo descarga dos seguidos antes de que me de tiempo siquiera a contarlos. Amo!!! Treinta y uno ????  nooo! Rojo ! Rojo! Rojo! - Me tiro al suelo y rompo a llorar. ¿Por qué cada vez que digo la palabra de seguridad me da la sensación de haberme rendido?

Amo se saca la polla del pantalón y me ordena ir hacia él. Se me corta de golpe el llanto y sonrío triunfante. Mi premio por ser una buena puta. Voy gateando hacia él.

Instrucción: De rodillas, brazos en alto, pulgares húmedos a sus pezones y abro mi boca para recibir.

Amo me hunde la verga en la boca hasta que me corta la respiración y la fuerza un poquito más. Lo mantiene presionado sujetando mi cabeza. Las arcadas no tardan en llegar, pero Amo no afloja. Amo... si sigo así voy a vomitar... le aprieto el pecho con las uñas... no puedo más... me ahogo... 

Amo me suelta. Toso y cojo una bocanada de aire. Vuelvo a chupar acompasada, saco del todo la lengua y lamo la parte baja de la polla mientras me la mantengo dentro de la boca. Justo en ese momento, Amo vuelve a presionar mi cabeza hacia sí, hundiéndose más aún en mi tráquea, me llega el vómito a la boca y vuelvo a forzarlo hacia abajo. No puedo permitirme el lujo de vomitar aqui enmedio y cortarle el rollo. 

Traga, puta, por tu vida.

Amo se da cuenta y suaviza el punto de ahogo... Me agarra del pelo y sacude violentamente mi cabeza. Yo relajo el cuello para facilitarle el movimiento. Se le infla y endurece unos segundos, señal de que está a punto de correrse y se deja llevar. Cuando termina de descargar se separa de mi. Yo mantengo la leche de Amo en mi boca abierta esperando la siguiente orden.

- Bien... qué rico, puta. Traga.

- Gracias - Digo tras relamerme los labios.

Le ayudo a componerse de nuevo el uniforme, me visto yo también y nos volvemos a colocar, el en su butaca, yo en el suelo.

Amo enrolla el látigo y me lo entrega.

- Interesante. Me ha gustado, guárdalo tu, que mi taquilla puede abrirse demasiado fácil y no quiero líos.

- Bien. Pero es tuya eh?

- Si, si... ya. Mía... no?

- Jeje... Aunque lo disfrute yo... - Contesto con malicia.

Amo me acaricia la cabeza y me recuesto ligeramente en su pierna. ¿Que peli estábamos viendo? Ni me acuerdo jajaja!! 



Fantasía VII. Regalo de aniversario

Es verano. Jose Ángel ha aprovechado las vacaciones para mandar a los niños de campamento. Quiere celebrar con su esposa el aniversario regalándole algo muy especial.



La lleva con los ojos tapados hasta la cocina, y cuando la tiene donde quiere le pide que se pare.

- Cariño. Quiero hacerte un regalo. Eres lo mas importante de mi vida y sé que hace mucho tiempo que deseabas algo así. Puedes destaparte los ojos cuando quieras.

Lo que ve la mujer delante de sí le provoca un grito de sorpresa. Una jaula de hierro descansa en una esquina de la cocina. Dentro hay una mujer desnuda, afeitada de pies a cabeza en posición de ofrenda.

- Cariño!! Me regalas una esclava????

- Sí, mi amor, enterita para satisfacerte en todo lo que te plazca, la compré el otro día. Además está adiestrada para recibir dolor, como tu querías. Sé que no puedo complacerte al nivel que tú necesitas, así que espero que esta perra lo haga.

- Ay madre mía!!! Amor. Muchísimas gracias - José Ángel le entrega una cajita - Y esto??

- Ábrelo.

La esposa obedece. Dentro hay un juego de correas con arandelas para cuello, manos y pies.

- Ay que locura! Me encanta! Quiero ponérselo - Se dirije a la jaula - Cómo te llamas?

- 2354, señora - Contesta la esclava sin moverse de su posición - Aún no tengo nombre.

- Vaya... pues asi de sopetón... No se como llamarte - Se dirije al marido - Cari, como la llamamos?

- No se, pero no te preocupes, eso es algo que irá saliendo. 

- Y que hacemos ahora? puedo estrenarte ya? Tienes instrucciones? Algo que contar?

- Si, Señora, si me da usted su permiso, me gustaría presentarme como es debido, y explicarle mis funciones y mis límites.

- Está bien - Ambos cónyuges se ponen cómodos sentándose a la mesa se la cocina, en dirección a la jaula - Tienes mi permiso para hablar.

- Gracias, señora. Soy 2354, tengo treinta y cuatro años, esclava sexual oficialmente desde hace quince. Mi anterior Amo decidió venderme por problemas personales. Estoy adiestrada para todo tipo de prácticas tanto placenteras como de dolor. Mis límites a día de hoy son mas físicos que mentales. Tengo un esguince en el tobillo izquierdo mal curado y a veces cojeo. Y necesito gafas para leer. Traigo conmigo mis pocas pertenencias, algo de ropa y los objetos que mi Amo anterior incluyó en mi precio, que por supuesto, ahora son suyos y puede disponer de ellos cuando desee. También puede ver mi ficha médica, y los últimos análisis de sangre y etts. Todo en regla.

Mientras la esclava habla, la mujer se ha dirigido a una maleta y la ha abierto. En ella va viendo un látigo, varias palas de madera, un cinturón de castidad, varas extensibles de acero, ganchos anales, argollas y mosquetones, dos vestidos negros sencillos y un juego de ropa interior negra.

El marido observa a las dos mujeres con emoción. No dice ni una palabra, no quiere romper la magia que se ha creado en aquel momento entre la mujer y la esclava. 

- Sal de la jaula.

La esclava va gateando hacia ella y vuelve a su postura de ofrenda. La esposa le coloca con todo el mimo el mundo el collar y los brazaletes.

- Voltéate, quisiera inspeccionarte.

La esclava se gira y apoya el pecho en el suelo, arqueándose para exponer lo más posible su culo y genitales. abre bien las rodillas. La esposa pasea alrededor mientras la observa en silencio con curiosidad.

- Bien, esclava - habla finalmente tras un tiempo en silencio- a partir de este momento eres mi posesión. Por lo tanto soy tu Ama. No tendrás permiso para hablar salvo que te lo permita expresamente, en cuyo caso me trataras de usted, como corresponde. No tienes permiso para mirarnos a mi marido ni a mi de rodillas para arriba, aun estando de pie. Comerás nuestras sobras, dormirás cuando te lo ordene. Y tendrás un trabajo especial. Me acompañaras al baño cada vez que yo vaya y te encargarás de limpiarme con la lengua cuando termine. ¿Lo has comprendido?

La esclava asiente con la cabeza pegada al suelo.

- Bien. Me gusta - De pronto se da cuenta de que su marido sigue sentado y va hacia él, se sienta sobre sus rodillas a horcajadas y lo besa - Amor... es el mejor regalo que has podido hacerme en la vida... 

Lo abraza y ambos se besan apasionadamente, ella comienza a contonear las caderas rozando su sexo con el de José ángel, quien de un manotazo, y excitado como nunca la agarra del cuello y la levanta en pie. Le saca la ropa a tirones y cuando la tiene completamente desnuda la empuja sobre la mesa de la cocina. Con dos patadas le separa las piernas, la agarra del pelo levantando su cara en dirección de la esclava, quien aún sigue a cuatro patas con su sexo y su culo expuesto.

José Ángel pega su boca al oído de su esposa y le susurra

- Mi putita está feliz con su regalo...?

- Si mi amor... - consigue hablar la esposa entre jadeos.

Jose Ángel se desabrocha el pantalón con la mano libre y se saca la polla, dura como un palo. Comienza a hundir sus dedos entre el sexo de su mujer y el culo, lubricando toda la zona.

- Bien, putita. Voy a abrirte ese culo. 

- Esclava! - Grita ella entre jadeos -  Mastúrbate para mí.

La esclava pasa el brazo por debajo de su cuerpo y comienza a acariciarse el sexo, bien expuesto a su ama, mientras ésta siente como la polla de su marido se le va hundiendo, provocándole un intenso dolor.

- AAAH..!!! - Gime desesperada- DUELE!!

- Si putita...? Cuanto te duele?

- Mucho! AAHHH!!! 

- Qué cerda que eres... te gusta que te rompa... - empuja hasta juntar su ingle con el culo de su mujer - dime cuánto te gusta.

- AAAHHH!! Si... me g...ahh! Fóllame....

Jose Ángel comienza a embestir a su esposa con violencia, tras un par de minutos los gritos dan pasos a gemidos de puro placer.

- Amor... no pares... voy a correrme!

La mujer arquea su espalda y suelta un quejido que le sale de las mismas entrañas. Se separan, mientras recupera el aliento se acerca a la esclava. Se escupe en la palma mano, unta el culo de la esclava con la saliva mientras se dirije al marido.

- Quiero que te la folles mientras me miras, amor.

José ángel sonríe con malicia, termina de desnudarse, se coloca de rodillas tras la esclava y le hunde la polla en el culo hasta el fondo. Ésta apenas suelta un ligero jadeo.

- Así te gusta que me la folle, amor mio?- Dice José Ángel sin parar de moverse - Bésame.

Ambos se besan un largo rato mientras él sigue embistiendo a la esclava. Tras esto, la esposa se separa de él y agarra del suelo el cinturón que José Ángel ha dejado al desnudarse. Lo dobla por la mitad y agarra con fuerza el extremo mientras se golpea la palma de la mano.

- Cuando vayas a correrte me avisas.

- Amor... estoy a punto...

La esposa sonríe sádica y comienza entonces a sacudir con fuertes latigazos la espalda de la esclava sin dejar de mirar a su marido.

- Te gusta así? 

- Golpea más fuerte... voy a... a cooorrerme... amor...

La esposa descarga furiosa los cintazos uno tras otro, dejando sobre la piel de la esclava largas marcas encarnadas. Con un sonoro quejido el marido llega a un orgasmo tan fuerte que se le quiebra la voz.

- AAAAHHHHPUTAAAA TEQUIERO!!!

- Bien. Mi amor... yo también a ti - Sonríe y lo besa con ternura. 

El se levanta y poco a poco van relajándose, fundidos en un abrazo sobre el cuerpo castigado de la esclava.

- Cariño... Es el mejor regalo que me has podido hacer.

- Me alegro, mi amor. Y aún tenemos quince días por delante.

- Es verdad... La de cosas que podemos hacer...

- Esclava, recoge esto y cuando termines te vienes al salón. Quiero enseñarte mis juguetes. ¿Todo bien? Puedes contestar.

- Si mi Ama. Feliz de servirla.