Aniversario, látigo

 Madre mía... cuatro años juntos, mi Dueño. Quien me iba a decir a mi... que aquel beso... ains..

Bueno... al lío. Que me pongo moñas.


Hace un mes y pico, Jota, mi bro, me convenció para que pidiese con él un látigo a un artesano que los hacía en FetLife. Tardé en aceptar... no por el dinero, sino por el tremendísimo miedo que le tenía a los bichos esos.  Por otro lado sentía curiosidad, además, me parecía un regalo brutal para mi Amo. Un buen sádico que se precie ha de tener al menos un látigo. Y yo quería que mi Amo pudiese fardar del suyo. 


Así pues, me lié la manta a la cabeza y pedí que me hicieran uno. Quise pedir el corto, para ir probando intensidades, y no empezar con el más duro. Pero al final, se me pasó avisarlo y me vi con que había pedido el de metro y medio. Mierda...

Por suerte, cuando me llegó, vi que el ultimo tramo era simplemente una sola cuerda, así que la desanudé y dejé el remate del trenzado como yo quería en un principio, de un metro. Aun así guardé el tramito de cuerda para añadirlo en un futuro. Volví a guardar el bicho... para dárselo a Amo tras quedarnos solos en el centro.











Cuando Amo abre el paquete, esa misma noche, suelta una carcajada.

- Estás segura que éste regalo es para mí?? Porque me parece que es mas para ti...

- A ver... Es para los dos... Pero te pertenece a ti. Igual que la pala. (Le hice una pala de madera un par de años atrás, con su nombre de Amo tallado).



Cenó la mar de a gusto. Le hice esa noche un chuletón con patatas asadas, sus cervecitas bien frías, y nos pusimos una peli. 

Cuando terminó de cenar, se recostó en la butaca y mientras se subía el jersey del uniforme me ordenó.

- Haz tu trabajo, puta.

Sonreí feliz, me acerqué a su pezón izquierdo y lo lamí suavemente, me humedecí el pulgar y lo llevé al derecho, así él podía seguir disfrutando de la película sin mi cabeza de por medio.

- Joder puta, como echaba esto de menos - Me agarra del pelo y me coloca la cabeza frente a él. Me suelta un guantazo mientras me vocea- Usa bien esa lengua zorra. 

- Si, Amo - contesto con la mirada baja - Lo siento.

Continúo dando pequeños lametazos con la lengua bien humedecida en el pezón. Amo me lleva la cabeza hacia su boca y me susurra a oído:

- Cuántos azotes quieres?

Lo miro con malicia.

- Mil.

- Con el látigo?

Abro mucho los ojos asustada...

- Ah! no no!  Con el látigo uno!!

Me voltea con un empujón y me inclina sobre el mostrador, baja mi pantalón y me azota muy fuerte con las manos. Gimo de puro placer... yo sí que echaba de menos el dolor, Amo mío... no sabes cuánto.

Mete sus dedos en mis dos agujeros y los sacude haciéndome jadear hasta el orgasmo... 

- Amo permiso.....

Amo para de masturbarme. Me agarra del pelo y me lleva a tirones al fondo de la habitación, me empuja contra la pared.

- Cuenta.

De pronto noto como un corte intensísimo en el lado izquierdo de mi culo! El dolor es tan duro que me salió un grito de sorpresa. Dios mío! esto es el látigo???



Amo comienza a sacudirme el culo en varias intensidades. Levanta mi camiseta dejando además descubierta la espalda... mierda.... Siento unas punzadas durísimas, como pinchazos. Duele muchísimo.. intento analizar las sensaciones... Me recuerda a los golpes con la vara... pero en un nivel mucho más intenso y punzante. Mientras él sigue descargando... Grito, lloro... pataleo y hasta me doy la vuelta cada dos o tres sacudidas pidiendo tiempo para respirar... El fresquito de la pared me relaja enormemente la piel castigada. Buscaba cualquier excusa para ganar segundos de tregua...

- Amo... los calcetines... no salen... - Y los empujaba torpemente con los pies para que les costase aun más salir... mi cerebro... animalico.

- Deja los calcetines tranquilos y date la vuelta.

- Si... voy... - Daba un cuarto de vuelta y volvía a colocarme de frente -... no puedo Amo...! no puedo...!

- Date la vuelta ya.

Apenas me colocaba en mi posición, Amo volvía a descargar. Primero suave... luego intenso, por último tan fuerte que me saca un chillido. Me volvía a girar.

-AMOPORFAVOR!! PARAAA! 

- Colocate, puta.

Obedezco con muuucho miedo. No quiero hacerlo... apenas he girado, sin darme tiempo a mentalizarme, suelta uno super fuerte en la parte alta del muslo. Aúllo y me agacho llorando.. Suplico piedad... Pero Amo, con la voz mas tranquila que le he escuchado en mi vida, me vuelve a ordenar que me coloque en condiciones... Veinticinco cuento... Veinticinco ??? ya??? 

- Déjame respirar, Amo, por favor....

- Que te coloques...

- Au... por fav... Ni termine, amo sigue soltando latigazos en mi espalda y grito de pura rabia. 

Vuelvo a girarme y lo miro a los ojos... por favor....

- Sabes qué tienes que decir... 

Mierda... ahora si va en serio. Si digo rojo Amo dejará de golpear... pero ya llevo veintiocho... Me siento tan bien conmigo misma... ole arween! Vamos puta. Aguanta hasta los treinta. Vuelvo a mi posición exponiéndome bien. Toda una declaración de intenciones. Amo acepta el desafío y descarga con tal fuerza que vuelvo a agacharme gritando. 

- El ultimo y ya.... el ultimo Amo... el ultimo.

- Los que tú quieras.

- El último... - digo volviéndome a colocar. 

Amo descarga dos seguidos antes de que me de tiempo siquiera a contarlos. Amo!!! Treinta y uno ????  nooo! Rojo ! Rojo! Rojo! - Me tiro al suelo y rompo a llorar. ¿Por qué cada vez que digo la palabra de seguridad me da la sensación de haberme rendido?

Amo se saca la polla del pantalón y me ordena ir hacia él. Se me corta de golpe el llanto y sonrío triunfante. Mi premio por ser una buena puta. Voy gateando hacia él.

Instrucción: De rodillas, brazos en alto, pulgares húmedos a sus pezones y abro mi boca para recibir.

Amo me hunde la verga en la boca hasta que me corta la respiración y la fuerza un poquito más. Lo mantiene presionado sujetando mi cabeza. Las arcadas no tardan en llegar, pero Amo no afloja. Amo... si sigo así voy a vomitar... le aprieto el pecho con las uñas... no puedo más... me ahogo... 

Amo me suelta. Toso y cojo una bocanada de aire. Vuelvo a chupar acompasada, saco del todo la lengua y lamo la parte baja de la polla mientras me la mantengo dentro de la boca. Justo en ese momento, Amo vuelve a presionar mi cabeza hacia sí, hundiéndose más aún en mi tráquea, me llega el vómito a la boca y vuelvo a forzarlo hacia abajo. No puedo permitirme el lujo de vomitar aqui enmedio y cortarle el rollo. 

Traga, puta, por tu vida.

Amo se da cuenta y suaviza el punto de ahogo... Me agarra del pelo y sacude violentamente mi cabeza. Yo relajo el cuello para facilitarle el movimiento. Se le infla y endurece unos segundos, señal de que está a punto de correrse y se deja llevar. Cuando termina de descargar se separa de mi. Yo mantengo la leche de Amo en mi boca abierta esperando la siguiente orden.

- Bien... qué rico, puta. Traga.

- Gracias - Digo tras relamerme los labios.

Le ayudo a componerse de nuevo el uniforme, me visto yo también y nos volvemos a colocar, el en su butaca, yo en el suelo.

Amo enrolla el látigo y me lo entrega.

- Interesante. Me ha gustado, guárdalo tu, que mi taquilla puede abrirse demasiado fácil y no quiero líos.

- Bien. Pero es tuya eh?

- Si, si... ya. Mía... no?

- Jeje... Aunque lo disfrute yo... - Contesto con malicia.

Amo me acaricia la cabeza y me recuesto ligeramente en su pierna. ¿Que peli estábamos viendo? Ni me acuerdo jajaja!! 



Fantasía VII. Regalo de aniversario

Es verano. Jose Ángel ha aprovechado las vacaciones para mandar a los niños de campamento. Quiere celebrar con su esposa el aniversario regalándole algo muy especial.



La lleva con los ojos tapados hasta la cocina, y cuando la tiene donde quiere le pide que se pare.

- Cariño. Quiero hacerte un regalo. Eres lo mas importante de mi vida y sé que hace mucho tiempo que deseabas algo así. Puedes destaparte los ojos cuando quieras.

Lo que ve la mujer delante de sí le provoca un grito de sorpresa. Una jaula de hierro descansa en una esquina de la cocina. Dentro hay una mujer desnuda, afeitada de pies a cabeza en posición de ofrenda.

- Cariño!! Me regalas una esclava????

- Sí, mi amor, enterita para satisfacerte en todo lo que te plazca, la compré el otro día. Además está adiestrada para recibir dolor, como tu querías. Sé que no puedo complacerte al nivel que tú necesitas, así que espero que esta perra lo haga.

- Ay madre mía!!! Amor. Muchísimas gracias - José Ángel le entrega una cajita - Y esto??

- Ábrelo.

La esposa obedece. Dentro hay un juego de correas con arandelas para cuello, manos y pies.

- Ay que locura! Me encanta! Quiero ponérselo - Se dirije a la jaula - Cómo te llamas?

- 2354, señora - Contesta la esclava sin moverse de su posición - Aún no tengo nombre.

- Vaya... pues asi de sopetón... No se como llamarte - Se dirije al marido - Cari, como la llamamos?

- No se, pero no te preocupes, eso es algo que irá saliendo. 

- Y que hacemos ahora? puedo estrenarte ya? Tienes instrucciones? Algo que contar?

- Si, Señora, si me da usted su permiso, me gustaría presentarme como es debido, y explicarle mis funciones y mis límites.

- Está bien - Ambos cónyuges se ponen cómodos sentándose a la mesa se la cocina, en dirección a la jaula - Tienes mi permiso para hablar.

- Gracias, señora. Soy 2354, tengo treinta y cuatro años, esclava sexual oficialmente desde hace quince. Mi anterior Amo decidió venderme por problemas personales. Estoy adiestrada para todo tipo de prácticas tanto placenteras como de dolor. Mis límites a día de hoy son mas físicos que mentales. Tengo un esguince en el tobillo izquierdo mal curado y a veces cojeo. Y necesito gafas para leer. Traigo conmigo mis pocas pertenencias, algo de ropa y los objetos que mi Amo anterior incluyó en mi precio, que por supuesto, ahora son suyos y puede disponer de ellos cuando desee. También puede ver mi ficha médica, y los últimos análisis de sangre y etts. Todo en regla.

Mientras la esclava habla, la mujer se ha dirigido a una maleta y la ha abierto. En ella va viendo un látigo, varias palas de madera, un cinturón de castidad, varas extensibles de acero, ganchos anales, argollas y mosquetones, dos vestidos negros sencillos y un juego de ropa interior negra.

El marido observa a las dos mujeres con emoción. No dice ni una palabra, no quiere romper la magia que se ha creado en aquel momento entre la mujer y la esclava. 

- Sal de la jaula.

La esclava va gateando hacia ella y vuelve a su postura de ofrenda. La esposa le coloca con todo el mimo el mundo el collar y los brazaletes.

- Voltéate, quisiera inspeccionarte.

La esclava se gira y apoya el pecho en el suelo, arqueándose para exponer lo más posible su culo y genitales. abre bien las rodillas. La esposa pasea alrededor mientras la observa en silencio con curiosidad.

- Bien, esclava - habla finalmente tras un tiempo en silencio- a partir de este momento eres mi posesión. Por lo tanto soy tu Ama. No tendrás permiso para hablar salvo que te lo permita expresamente, en cuyo caso me trataras de usted, como corresponde. No tienes permiso para mirarnos a mi marido ni a mi de rodillas para arriba, aun estando de pie. Comerás nuestras sobras, dormirás cuando te lo ordene. Y tendrás un trabajo especial. Me acompañaras al baño cada vez que yo vaya y te encargarás de limpiarme con la lengua cuando termine. ¿Lo has comprendido?

La esclava asiente con la cabeza pegada al suelo.

- Bien. Me gusta - De pronto se da cuenta de que su marido sigue sentado y va hacia él, se sienta sobre sus rodillas a horcajadas y lo besa - Amor... es el mejor regalo que has podido hacerme en la vida... 

Lo abraza y ambos se besan apasionadamente, ella comienza a contonear las caderas rozando su sexo con el de José ángel, quien de un manotazo, y excitado como nunca la agarra del cuello y la levanta en pie. Le saca la ropa a tirones y cuando la tiene completamente desnuda la empuja sobre la mesa de la cocina. Con dos patadas le separa las piernas, la agarra del pelo levantando su cara en dirección de la esclava, quien aún sigue a cuatro patas con su sexo y su culo expuesto.

José Ángel pega su boca al oído de su esposa y le susurra

- Mi putita está feliz con su regalo...?

- Si mi amor... - consigue hablar la esposa entre jadeos.

Jose Ángel se desabrocha el pantalón con la mano libre y se saca la polla, dura como un palo. Comienza a hundir sus dedos entre el sexo de su mujer y el culo, lubricando toda la zona.

- Bien, putita. Voy a abrirte ese culo. 

- Esclava! - Grita ella entre jadeos -  Mastúrbate para mí.

La esclava pasa el brazo por debajo de su cuerpo y comienza a acariciarse el sexo, bien expuesto a su ama, mientras ésta siente como la polla de su marido se le va hundiendo, provocándole un intenso dolor.

- AAAH..!!! - Gime desesperada- DUELE!!

- Si putita...? Cuanto te duele?

- Mucho! AAHHH!!! 

- Qué cerda que eres... te gusta que te rompa... - empuja hasta juntar su ingle con el culo de su mujer - dime cuánto te gusta.

- AAAHHH!! Si... me g...ahh! Fóllame....

Jose Ángel comienza a embestir a su esposa con violencia, tras un par de minutos los gritos dan pasos a gemidos de puro placer.

- Amor... no pares... voy a correrme!

La mujer arquea su espalda y suelta un quejido que le sale de las mismas entrañas. Se separan, mientras recupera el aliento se acerca a la esclava. Se escupe en la palma mano, unta el culo de la esclava con la saliva mientras se dirije al marido.

- Quiero que te la folles mientras me miras, amor.

José ángel sonríe con malicia, termina de desnudarse, se coloca de rodillas tras la esclava y le hunde la polla en el culo hasta el fondo. Ésta apenas suelta un ligero jadeo.

- Así te gusta que me la folle, amor mio?- Dice José Ángel sin parar de moverse - Bésame.

Ambos se besan un largo rato mientras él sigue embistiendo a la esclava. Tras esto, la esposa se separa de él y agarra del suelo el cinturón que José Ángel ha dejado al desnudarse. Lo dobla por la mitad y agarra con fuerza el extremo mientras se golpea la palma de la mano.

- Cuando vayas a correrte me avisas.

- Amor... estoy a punto...

La esposa sonríe sádica y comienza entonces a sacudir con fuertes latigazos la espalda de la esclava sin dejar de mirar a su marido.

- Te gusta así? 

- Golpea más fuerte... voy a... a cooorrerme... amor...

La esposa descarga furiosa los cintazos uno tras otro, dejando sobre la piel de la esclava largas marcas encarnadas. Con un sonoro quejido el marido llega a un orgasmo tan fuerte que se le quiebra la voz.

- AAAAHHHHPUTAAAA TEQUIERO!!!

- Bien. Mi amor... yo también a ti - Sonríe y lo besa con ternura. 

El se levanta y poco a poco van relajándose, fundidos en un abrazo sobre el cuerpo castigado de la esclava.

- Cariño... Es el mejor regalo que me has podido hacer.

- Me alegro, mi amor. Y aún tenemos quince días por delante.

- Es verdad... La de cosas que podemos hacer...

- Esclava, recoge esto y cuando termines te vienes al salón. Quiero enseñarte mis juguetes. ¿Todo bien? Puedes contestar.

- Si mi Ama. Feliz de servirla.