Bendita rutina

Viernes 23 de octubre, abro los ojos en torno a las 9 y media, siempre tengo el despertador unos diez minutos adelantado. Sonrío feliz de haber dormido de un tirón y sentirme despejada, me estiro con cuidado, tengo un gato a los pies de la cama y otro pegado a la espalda. Me acurruco de nuevo con mi almohada dejádome rozar el cuerpo desnudo por el edredón mientras mentalmente le doy los buenos días al Amo con la oración de la mañana. Tras otra media hora de remoloneo completamente gratuito y por puro vicio alargo la mano a la mesita de noche y pillo mi cepillo de dientes tuneado. 

Me masturbo (aquí sí, para estos menesteres necesito la cama para mí sola y empujo a mis dos compañeros felinos fuera de ella) Mi cabeza se marcha a la última sesión, al último "Ven puta, haz tu trabajo" y me dejo llevar por las sensaciones. Un guantazo... un varazo... un "Qué eres?. Tu puta, mi Señor"... Cada vez siento más la excitación. Fantaseo con el dolor insoportable, el dolor extremo, ese que arranca súplicas de piedad, sangre, fuego... Mi marca. Ven puta, abre tu boca... Y exploto en gemidos desvergonzados de éxtasis consumado. Un intenso orgasmo que me hormiguea hasta la nuca. Recupero el aire, abro los ojos y susurro sonriente "gracias, Amo"

Ya puede comenzar un día más. 

Mientras me voy haciendo el café repaso los planes. Hoy viernes coincidiré con Amo en el trabajo, asi que debo prepararme con esmero y hacer cena. Saco del congelador una paletilla de cordero que compré la semana pasada (nunca dejo pasar una oferta de carne). Hoy Amo tendrá una perra y una cena dignas de su talla.

Desayuno, por supuesto, al sol en la terraza. Parece mentira que todavía haga tanto calor, quiero aprovechar estas temperaturas al máximo y tengo el mejor lugar del mundo para ello. Con el café en una mano ojeo en el móvil las redes sociales y me doy una vuelta por los grupos de amigos de morbo. Mentes sucias, morbosas y excitantes como yo.  Saludo, respondo, opino en los debates y de vez en cuando mando un par de gifs cochinos de los que me gustan. Grandes dosis de dolor, humillación y maltrato físico... ains... que suerte tengo de compartir libremente mis morbos con gente tan maja.

Repaso la receta en Internet y organizo la mañana con los tiempos de cocinado. Según veo, a las once y media como muy tarde tengo que empezar a cocinar. Así que, dejo el móvil y me relajo al sol con un segundo café y los dos gatos a mi alrededor jugando. 

Sobre las once mi corazón se acelera al escuchar el tono de mensaje. Amo!!

- Buenos días, puta. Qué me vas a hacer de cena hoy?

* Buenos días mi dueño. Hoy te haré una paletilla de cordero lechal con patatas y cebolla. De postre aún no se qué hacer, aún tienes problemas con los lácteos?

- Sip, pero ya voy mejor.

* Algo se me ocurrirá. 

* Amo, prefieres que te lo trocee o te lo vas a comer a lo señor feudal agarrando el hueso?

- A lo señor feudal. Jajajaja!

* Jajajaja! me parece muy bien. Así será.

- Bueno, luego nos vemos, churri, hoy tengo una mañana liada. Esmérate hoy.

* Claro, lo haré. Te quiero.

- Más te vale. 

Vuelvo a mis quehaceres. Hay que organizar la zorrera. Siempre intento tener limpia la cocina antes de comenzar un menú para el Amo. Lo del postre... Me parece que iré a la panadería y pillaré un buen bollo de chocolate, también hay que coger las cervezas. Ah! y los chicles de menta!. Gasté el último en la cita anterior. 

A las once y media comienzo mi receta. Me coloco mi collar de perra bien prieto al cuello. Así estoy pendiente en todo momento para quién estoy cocinando y no me entretengo con otras cosas.

Patatas panadera, cebolla en juliana, sal y pimienta, vino blanco y el horno bien caliente. Ajo no. Amo odia el ajo. Algún defecto tendría que tener... en fin. ; )

Poco a poco se va acercando la hora de mi salida al trabajo. Tengo que preparar además mi comida y el tupper para mi cena. El tiempo vuela y yo con él. Mientras el horno hace su trabajo aprovecho para asearme, depilarme y pintarme las uñas. Hoy Amo no pidió peluca, o juguetes, así que tengo más tiempo para arreglarme.

...

La una y media. Voy a comer. He reservado un cachito de cuello de cordero para mí y unas patatas, por supuesto, acompañado de una copita de vino blanco. Me voy a comer al salón tranquila mientras veo el programa de cocina de Arguiñano. Me da unas ideas estupendas. Compruebo que el cordero ha quedado espectacular. Aún podría estar un ratito más en el horno, aunque las patatas podrían deshacerse. 

Tras mi comida comienza la "Operación Tupper".

La encimera de la cocina a las dos y media de la tarde parece la bandeja de salida de un cattering:

- El tupper grande de cristal con el cordero de Amo.

- El tupper de mi ensalada para la cena.

- El paquete de papel con la palmera de chocolate.

- La bolsita isotérmica con las cuatro cervezas.

Preparo la mochila, Meto todo el arsenal alimenticio e incluyo el collar, un libro para leer, fruta para la merienda y una botellita térmica con vino fresquito para la noche acompañar a Amo durante la cena. Al colocármela pesa la cabrona como si llevase detrás a mi sobrino de once años. La cocina está como a las diez de la mañana.. ya la recogeré otro día... jajaja!

Tras preparar a los gatos salgo de casa. No puedo llegar tarde al trabajo. Y me queda un largo camino. Mejor no ajustar demasiado los tiempos.

.....


Comienza mi jornada laboral, repasos de escenografía de ultima hora, trabajos en el taller y ensayos. Se acerca la hora en que Amo entra a trabajar. Muero de ganas de verle. Mi móvil me avisa de que ha llegado.

- Hola zorra, qué tal la mañana?

* Ey... ! Muy bien. Tu conseguiste hacer todo lo que tenías planeado?

- Sip.  Estoy hasta las pelotas de la burocracia.

* Jajajaj! Imagino. Luego nos relajamos un rato.

Cada uno hacemos nuestras funciones, generalmente no nos vemos durante la tarde. Ambos trabajamos en secciones diferentes y coincidimos apenas unos minutos.

La función sale perfecta. Los dos pases, además. Ya tenemos el aforo completo, aunque siguen siendo obligatorias las mascarillas y los protocolos de entrada y salida del público. Afortunadamente viene mucha gente al teatro. No es que estemos en una ciudad muy poblada, pero se nota que hay ganas de salir y nosotros encantados de que vengan al teatro.

Tras la recogida de la utilería, los chequeos de taquilla y los informes de regiduría, el trabajo se acaba y salimos todos del teatro...Todos? No. Yo me quedo en el almacén esperando a que salga el último y Amo cierre las puertas. El móvil vibra en mi mano.

- Cuando quieras.

- Bien....voy a calentarte la cena. 

Me acerco al office y coloco el cordero junto con la guarnición en un plato enorme que caliento en el microondas. En la mesita de su puesto de trabajo se lo sirvo, junto con una cerveza. Saludo cariñosa y nos besamos un rato.

Me siento en el suelo a su lado con mi botellita de vino. Amo pone una serie en el ordenador y prueba el cordero. No puedo evitar ese momento de tensión en la boca del estómago por si no le gusta.

- Mmm. Muy bueno.

- Bieeeen... 

Ahí ya respiro tranquila. Amo cena con hambre, saboreando cada bocado, intercalando carne, con la guarnición. Me gusta tanto verle comer... cómo selecciona los bocados, se pelea con los trozos más complicados... Mastica y traga ajeno a mí, pendiente de la pantalla y de no mancharse el uniforme con la salsa. 

Me excita verlo terminar de comer, rebañar el hueso con las manos, incluso a veces beber del plato la salsa para que no se desperdicie nada. No existe mayor satisfacción en el mundo que ver a alguien feliz con algo que he preparado. Punto para arween.

Tras un ratito más de serie y una charla de amigos, por sorpresa, Amo golpea fuerte mi cara con el revés de la mano.

- Venga, puta. Termina tu trabajo.

- Si, Amo. 

Él se levanta la camiseta exponiendo los pezones, a donde me dirijo con mi sonrisa mas lasciva que sé poner y asomando la lengua ligeramente.

- Bien, puta... usa tu lengua. 

Lamo con amor un pezón mientras humedezco un pulgar y masajeo el otro. Amo se está excitando y yo con él. Me pellizca fuerte un pezón a través de la camiseta. Desde que tengo los aritos tengo muy sensibles los pezones y hago una mueca de dolor intenso, gimo.

- Te gusta?

- Si, Amo.

- De quién es esta teta?

- Tuya, mi Amo. 

- Bien. 

Acerca su lengua a mi oreja y la sorbe y estruja con la boca. sabe que eso me pone cachondísima. Respira con ansia y lo escucho dentro de mi cabeza. La fantasía de mi Amo convirtiéndose en un Kraken, lleno de ventosas y tentáculos que se me meten por todas partes... el sonido de la lengua y la respiración multiplicado por mil dentro de mi oído... Amo... creo que me voy a correr de un momento a otro.

Como si me hubiese leído el pensamiento Me ordena sin salir de mi oreja. 

- Córrete, puta 

Mi cuerpo deja salir la excitacion, aprieto fuerte para soltar, tiemblo hasta las manos y me empapo la entrepierna. 

- Gracias.... - Digo al recuperar la respiración.

Vuelvo a los pezones. Amo está cada vez más impaciente por que baje, noto como sus brazos se mueven, escucho la cremallera del pantalón, pronto llegará la orden.

- Cómeme la polla, zorra.

Sonrío y levanto la vista sin guardar la lengua. Lo miro con hambre y me inclino despacio hacia la entrepierna. El, impaciente, empuja mi cabeza contra sí mientras levanta la pelvis haciéndome tragar de una vez hasta el fondo. Me aguanta unos segundos, una arcada... dos... tres... rezo por que la ensalada de mi cena esté digerida y no le apetezca asomarse. Afortunadamente no vomité, hice bien cenando tan pronto. Amo me suelta y levanto la cabeza para coger una bocanada de aire, vuelvo a metérmela en la boca, subo y bajo el torso con ritmo suave, Amo acompasa con su cadera. Está disfrutando de su puta y me lo hace saber con gimiendo e insultándome.

Me vuelve a agarrar del pelo, esta vez para empujarme al suelo. Se ha cansado de tenerme de lado y me quiere arrodillada entre sus piernas. Obedezco. Aguanto en esa postura chupando con velocidad un buen rato mientras escucho de fondo la serie. Tras unos minutos, Amo va llegando a su punto álgido, momento en que se pone de pie y me empuja hasta que mi cabeza golpea contra la columna para embestir mi boca con violencia mientras me agarra del pelo. Ahí abro la boca al máximo y me dejo hacer. Subo mis brazos para acariciar sus pezones mientras él va avisando que se va a correr en mi boca y que adora follarse mi puta cabeza. 

Finalmente descarga dentro, mantengo la boca llena y abierta esperando la orden.

- Traga, zorra - Obedezco feliz. 

Termino de limpiar con mi lengua cualquier gotita que pudiese haber quedado y lo ayudo a componerse el uniforme.

Vuelvo a mi lugar en el suelo y seguimos viendo la serie. Cuando Amo cree conveniente me hace recoger todo y me manda a casa. Directa y sin torcerme. 

- No Amo, no me torceré - Sonrío, le beso y le abrazo, él se deja hacer - Te quiero mucho.

- Más te vale. 

- Mañana nos vemos?

- Nop. Hasta el miércoles nada.

- Vale. Vamos hablando?

- Vete ya.....

- Que siiiiii jajaja! (se notó que me costaba irme)

Y tras el viaje de vuelta, completamente zombi y feliz como una adolescente, llego a casita, juego con los dos taraos peludos un rato y me voy a dormir. Me despido de Amo con un mensajito y le deseo un buen servicio. Rezo mi oración nocturna... y hasta mañana. 





Gracias, gracias, gracias, por estos ratitos contigo.