Amo, yo y el cariño

 Cada vez escribo con más demora... 

Realmente me parece repetitivo contar mi día a día, todo lo que vivimos estos meses ya lo he contado anteriormente en alguna entrada del diario, simplemente vamos alternando días de más intensidad, días de peli a gustito, días de super cenas y días épicos de grandes moraos y agujetas hasta en el cielo de la boca.

Escribo cuando tengo la necesidad de que Amo sepa qué me ocurre por dentro. Y es cierto que cada vez es más raro que ocurra. Ambos hemos llegado a tal punto de entendimiento y de sinceridad que realmente no veo necesario contarle como me siento por dentro. Él ya lo sabe.

Sin embargo esta semana se me está antojando diferente.

Como siempre, tenemos rachas de vernos poco, nada o menos aún... Le dejo su cena en el comedor del teatro por la mañana cuando llego, y él se lo cena por la noche, en su turno. Hablamos, por supuesto, prácticamente todos los días y seguimos compartiendo noches de pelis a distancia (gracias Netflix).

Como decía, esta semana está siendo especial. Siempre me emociona verle, y me entra el cosquilleo de "hoy sí, hoy me revienta a ostias.. " que tanto me gusta experimentar, tenerme con la tensión las dos o tres horas que pasamos juntos me excita mucho. Pero esta semana siento otra cosa. 

Estoy pasando una racha de felicidad interna, la semana que viene tengo días libres y tengo mil planes por hacer, por otro lado estoy siendo más valorada en el trabajo, además he comenzado un curso de restauración de libros antiguos que me vuelve loca y me emociona como hacía años no me sentía aprendiendo algo nuevo.

Empieza el calorcito, el sol en mi terraza, los días largos... la primavera.

He de reconocer que Amo y yo somos poco cariñosos en el trato personal. Es bastante frío en ese sentido, quiero decir, no tiene los gestos de cariño que uno espera de una persona aparentemente abierta como él expone frente a la gente. Amo sabe dar la cara pública perfecta. Agradable, amistoso, cariñoso, responsable, divertido y muy muy respetuoso.

Y luego está el de verdad, el ermitaño, como le llamo yo, el solitario, reservado, el austero en gestos y expresiones. El espartano, como él dice.

Afortunadamente tengo una capacidad innata para traducir los mínimos gestos en grandes sentimientos. Es algo que me viene de niña, lo aprendí con mi hermana, y luego con Carlos, mi anterior pareja, incluso con mi jefe, a quien aguanto desde hace16 años .

Uno podría llevarse las manos a la cabeza si le cuento que tras 7 años y pico que llevamos siendo pareja D/s solo me dijo una vez te quiero, (por cierto, llevo ese momento grabado a fuego), o no me ha llamado nunca cariño, amor, cielo... tesoro. (yo se lo llamo todo el tiempo, jajaja), sin embargo, él tiene otras muestras de cariño que son sólo para mí. Que son nuestro código propio de cariño. Eso me hace única para él y me llena como el poema más romántico del mundo.

Amo tiene de base un trato bastante duro hacia mí. Ya no sé si lo provoca por el rol de amo que sabe que tanto me excita o si es así con toda la gente con la que tiene confianza, Cuando meto la pata, o se me olvida algo (lo cual pasa al menos tres veces al día porque soy muy despistada) o le pregunto dos veces lo mismo porque estoy a mi bola y no le he hecho ni puñetero caso cuando me contestó la primera vez me reprende duro, le molesta de verdad que sea tan olvidadiza... y me lo hace saber con la mirada, o me dice te lo acabo de decir, visiblemente molesto, cosa que me hace poner mi mejor cara de niña mala, apretar los labios y decirle maliciosamente, es que no te hecho ni puñetero caso... 

- Ya...

Luego sonrío, le acaricio la rodilla y le doy un beso en el muslo mientras le llamo bonito! Y él se deja querer por mí.

Muchas noches reprimo el instinto de abrazarme a su pierna, o de pegar mi cabeza en su muslo y olerle de cerca... que me excita tanto. Pero sé que si lo hago se sentirá incómodo, así que he optado por enganchar mi dedo índice en una de las trabillas del pantalón, en la parte del culo, y me quedo así un buen rato. 

- Me vas a romper la trabilla... - Me reprende.

- Si eso pasa yo te la coso - Y sigo enganchada mientras sonrío amorosa.

- Tch - Chasquea con la lengua. Me da por imposible y se deja querer por mí.

Estos últimos años me llama negra. Me encanta! Evidentemente también soy puta, o zorra, que también me chifla. Pero lo de negra... es su manera de llamarme tesoro.  Y lo usa además en los ratitos de cariño vainilla. Me gusta mucho.

La verdad es que hoy en día no puedo imaginarme estando con otra persona que no sea él. Hemos llegado a un punto en el que no hay miedo a perdernos. Hemos aceptado los cambios, las separaciones, los cien mil obstáculos que se nos ponen enfrente para separarnos, los asumimos y nos adaptamos. Y seguimos juntos.





Madre mía cómo me está afectando la primavera... Verás cuando lo lea... Imagino que estará acostumbrado a mis moñeces... pero ésta no se la espera jajajaja!!

Ya sé casi con exactitud la reacción de Amo al leer esto. 



Y con esto lo dirá todo. Y mi contestación será Yo también! jajajaj!!


Amo... te quiero muchísimo. 

Ah! Hoy te toca cenar 300grs de ensalada, no, espera, 250 verdad? un aguacate y una pechuga de pollo a la plancha (Que sí... es verdad, que me has dicho mil veces que se dice meeedia pechuga... pero es que me sale solo!) y de postre, granada. 

Me meto en la cocina ya, que se me va el tiempo escribiendo. 

Luego te veo

Estoy deseando verte. Qué buena semana, lechugas!!!



              - Te quiero, mi Dueño

- Más te vale