Efectos secundarios. Confinamiento

Llevo más de mes y medio encerrada en casa. Qué barbaridad...!

Que cómo llevo el confinamiento? Pues la verdad es que está siendo toda una aventura interna. Sorprendentemente, y en contra de lo que me esperaba, leo menos de lo que querría y actúo más.

Imaginé que al tener más tiempo leería más, tengo buenas lecturas atrasadas, sin embargo es mi cabeza creativa la que está activada y siempre se me ocurren cosas nuevas para hacer. Bricolaje, manualidades, puzzles, escritura artística, jardinería...

También disfruto más y más tiempo los pequeños placeres de mi vida casera. Ese roneo en la cama desde que abro los ojos hasta que me levanto... La cocina de chup chup durante horas... Esas miradas cómplices con mis gatos que tanto me dicen... Esas horas perfectas de sol en la terraza mientras veo los pequeños brotes de las hortensias crecer... Sabes? Hoy por fin, después de dos semanas, se ha dignado a presentarse una flor de los cuarenta y siete capullos del jazmín.







Parece que todo es positivo... Pero no lo es. Tengo la desgracia de haber perdido el morbo. Todo. Absolutamente todo.

Quiero creer que me ha ocurrido ésto como un mecanismo de defensa. La noticia de que no volvería a coincidir con él en el trabajo hasta dentro de varios meses (los teatros y los eventos multitudinarios van a ser los últimos en restablecerse tras la vuelta del confinamiento) me rompió por dentro. Mi cerebro de alguna forma decidió hibernar, esperar. Dormir hasta que algo real vuelva a despertarle las ganas de rugir, morder y sentir al límite.

Físicamente se traduce en un letargo sexual extraño. No me masturbo desde hace mucho tiempo... y cuando lo he hecho me te tenido que obligar. Mis gifs cochinos... mis vídeos fetiche... mis juguetes... mis fantasías recurrentes con Amo... todo se ha dormido... está sedado, como yo.

A veces leo el diario... y me preocupa pensar que no soy capaz de volver a llegar a sentir el mismo placer con el dolor... Me asusta pensar que he podido perder mi humedad genética... mi esencia perruna, mi identidad.

Por contra, con José Ángel me va mejor que bien... Él sigue yendo a trabajar y contacta conmigo cuando tiene tiempo.

Ja! Cuando está en su casa chateamos como si fuéramos compañeros de trabajo. Por supuesto, soy hombre, charlamos de herramientas, materiales de construcción, máquinas y yesos para arreglar paredes y chapuzas caseras... Cuando está solo y tiene libertad soy de nuevo su princesa.... y vemos las pelis que elige juntos... (bendito Netflix) nos reímos de las tonterías del mundo y me pica para que le conteste burradas y groserías de las que tanto me gusta alardear...

Se ha convertido en un gran amigo. En alguien esencial en mi vida. Un apoyo en mi día a día y un ancla a la que agarrarme desde mi nube de aislamiento.

De vez en cuando me obligo a llamarlo Amo. Pero me resulta extraño. Eso si, me sigo poniendo mi collar cuando hablo con él. Y me reconforta cuando me ducho, me depilo y me arreglo y me pinto las uñas para él. Me da un pellizco en el estómago cuando lo veo en alguna foto que envía y sonrío como una boba cuando me manda a la cama y me dice que descanse y que me cuide...

Es tan extraño todo... Me habré vuelto vainilla? Me he enamorado? Volveré algún día a ser la puta de mi Amo?

Seré capaz de disfrutar del dolor como antes?

Volverá a ser alguna vez todo como fue antes del confinamiento....?

Fantaseo mucho ahora con el día en que me reencuentre con mi Amo de nuevo. Tendremos que volver a comenzar desde el principio, supongo... De momento sigue siendo todo un sueño lejano.

No me sueltes la correa, por favor. Tienes mucho que reconstruir. Pero lo daré todo para que así sea cuando decidas. Mientras tanto seguiré esperando mi Hola princesa, como lo llevas... y seré muy feliz a tu lado.


Te quiero mucho





P.D. Tengo una canción en mi cabeza repiqueteando desde hace dias...

Mercedes Sosa. Cambia... Todo cambia.

https://youtu.be/98XkPHcmCv0

Hasta mañana, mi dueño