Legítima Defensa




Tengo que reconocer mi relación de amor-odio con este puñetero cacharro del demonio.

Siempre lo llamé porra... pero creo que se ha ganado a golpes el derecho a ser llamada por su nombre... Señora Defensa. Conste que yo solita me lo busqué.

Levábamos varias semanas en plan tranqui. Amo estaba relajado y disfrutábamos de la compañía mutua durante los ratitos que compartíamos juntos. Buenas charlas, pelis y risas.

Una noche, mientras esperaba la orden de Amo de ir a su puesto, una vez vacío el lugar, aprovechamos para charlar por el chat.

- Oye puta, el tipo este de la compañía parece que no se va a ir en un rato, vente detrás de mí y te colocas tras la puerta.

* Si, Amo.

Con todo el cuidado que pude me escabullí por el pasillo hasta llegar al puesto del vigilante, me coloqué donde me había ordenado, me asomé para cruzar una mirada con Amo y nos sonreímos. Que morbo me da siempre este juego... parece mentira. Pegadita a la pared y tiesa como un huso espero paciente.

Mi móvil vibra en el bolsillo de la chaqueta. 

- Que? estás cómoda ahí? jajaja

* Estando cerquita de ti, siempre... jeje..

- Cuéntame, qué quieres que te haga hoy?

Uff... Trago saliva, me entra un calor tremendo. Mierda, no estaba preparada para esa pregunta. Justo cuando estaba respondiendo aparece por el pasillo, a toda prisa, el chiquillo de la compañía, estaba organizando el vestuario de la función para el día siguiente y se retrasaba siempre un poquito más. Yo me estiré y dejé de respirar por miedo a que me descubriera. Les escuché charlar amigablemente mientras mi Amo lo acompañaba a la salida del local y echaba la llave y apagaba el vestíbulo. Por fin solos. Salgo de mi escondite.

Al volver donde yo me encontraba, me para con un gesto y me ordena mantenerme ahí, de pie, escondida. Él vuelve a su puesto. Mi móvil vuelve a vibrar.

- Te he hecho una pregunta. Qué quieres que te haga, puta.

Tardo unos segundos en responder, mido las palabras... quiero que sean contundentes y cómodas al mismo tiempo.

* No lo sé, mi Dueño... Hace mucho que no me das una paliza en condiciones... 

- Cómo te gustaría que te golpease?

Joder... ya empecé a humedecerme por la entrepierna. Mi cabeza gritaba mátame a golpes... arrástrame hasta arrancarme el pelo... hazme sangrar hasta por los ojos... pero eso no iba a pasar, así que tragué saliva y respondí.

* No lo sé, Amo, como te salga... siempre me excita mucho sentirme tu saco de boxeo. Hecho de menos tu cinturón, por ejemplo. Que me agarres del pelo y me arrastres... que seas muy violento.

- Que más, puta... me estoy calentando.

* Hace mucho que no me follas, Amo.

Era cierto, va a hacer casi un año que no tengo sexo vaginal con el Amo. El día que lo haga me va a romper en dos, jajaja!

- Es que gritas mucho, prefiero taparte la boca a pollazos. Qué más? Usa tu imaginación, zorra, me estoy poniendo cachondo.

De pronto la vi, en la esquina de la estancia. Frente a mí. En una estantería. La porra del Amo, enganchada en el cinturón reglamentario, junto a las esposas y el resto de cachivaches que llevan colgando. 

😏Y si... 

* Me gustó mucho la otra vez que me masturbaste con la defensa, Amo.

- No lo recuerdo

* Yo sí... mmmm...

- Qué te hice?

* Me empujaste contra la pared, me quitaste el pantalón, me hiciste abrir las piernas y me metiste la defensa.

- En el culo? 

* No, Amo, en mi coño. Me corrí varias veces. No te acuerdas???? 

- Nop

* Pues yo me sigo masturbando muchas veces con aquel recuerdo.

- Te vas a meter en el patio de butacas. Cuando llegues cierra bien la puerta y sin irte muy lejos grita. Quiero comprobar si se escucha.

Obedezco al momento, sin levantar la mirada del suelo al pasar a su lado. Agradecí enormemente el gesto que tuvo de tener esta conversación por el móvil y no hacerlo en persona porque no hubiera sido capaz de hablar por la vergüenza. Parece mentira cómo me ayuda escribir en estos casos, el no pronunciar las palabras. Por chat me salen fluídas... en persona se me bloquean y me muero de timidez.

Cuando llego al patio de butacas me sorprende la gran oscuridad. No es que sea un lugar muy grande, apenas un par de cientos de butacas, pero a oscuras se sentía inmenso. Como una gran caverna. 

*Amo, voy a gritar en tres..

* dos

* uno

Cogí aire y grité con todas mis fuerzas hasta que vacié los pulmones, sin dejar de mirar la pantalla del móvil.

- Vaya mierda de insonorización. Te escuché!

* Jajajaja! entonces me cuidaré de no hacer mucho ruido, te lo prometo. 

Espero unos minutos a oscuras, sin soltar el móvil. 

Amo entra por la puerta, la luz se cuela y veo su silueta. Automáticamente se me borra la sonrisa. Lleva la defensa en la mano. Mierda. Se acerca a mí y me besa largo y húmedo. Me deshago en su boca y respiro hondo mientras saboreo su lengua. Hazme lo que quieras, mi dueño... tuya soy. Sé violento, por favor.

Me ordena dejar encendida la linterna del móvil y dejarlo sobre el brazo ancho de una butaca, me da la vuelta agarrándome del brazo y me hace ponerme de rodillas sobre otra de ellas, apoyando los brazos en el respaldo. Se pega a mí por detrás y me abofetea fuerte unas cuantas veces.

Cuando se aburre de mi cara se baja a golpear las tetas. Tengo una nueva instruccion. No llevar sujetador en su presenciaasí que tenía vía libre a mis aritos, y  mis pezones. Esta vez decidió agarrarlas fuerte y palmearlas. Son bastante pesadas, lo que acentúa el dolor al bambolearse con las palmadas. 

- Quieres que sea violento, zorra? Vuelva a abofetear duro mi teta y mi cara, mientras me agarra del pelo con la otra mano.

- Si, por favor - Mientras salen de mí esas palabras me arrepiento de decirlas. Ya está. A partir de ahora todo queda en sus manos. Querías una buena paliza... No conozco a nadie que me dé lo que pido con tanta intensidad y eficacia como él.

 Me agarra de nuevo del brazo y me pone enfrente de sí. Me abofetea fuerte, golpeando mis mejillas con las dos manos.

Curioso efecto. Cuando te golpean la cara a oscuras aparece un chasquido de luz.  No se de dónde, pero llegas a ver una especie de fogonazo. Un flash.

Amo me fué abofeteando duro, a veces con la palma, otras con los nudillos... no distinguía de dónde llegaban. Solo intentaba entender los fogonazos de luz... De pronto soy consciente del dolor y es tan intenso que levanto mis brazos con las palmas de las manos abiertas y me cubro la cara... Un ojo me tintinea... Y se cierra solo. Me agacho instintivamente, me rindo. No puedo más. 

Amo me ordena levantarme y colocarme de rodillas en una de las butacas, abrazada al  respaldo.

Me baja el leggin hasta donde le deja mi postura y comienza a acariciarme el culo con lo que siento duro, largo y frío. La defensa. De pronto noto un golpe, en el culo. Mierda, no pensé que me azotaría con aquello. Vuelve a golpear, más duro, Aaau! Golpea más duro aún, una y otra vez. El dolor es cada vez mayor, no es como un azote, caliente, picante. Es un dolor grave, como más interno, mas gradual y complejo. Me sigue dando en toda la superficie de mi culo, en los dos cachetes arriba y abajo, en los muslos me duele muchísimo... Es más duro de lo que recordaba. Comienzo a llorar. 

De pronto su voz me hace olvidar el dolor.

- Córrete, puta

Mi cabeza se sale de mi cuerpo, me veo semidesnuda, con el culo en pompa, en un lugar familiar... con el morbo de mi Amo golpeándome sádico. Me imagino su cara... sus manos con la defensa golpeando y el dolor de mi cara y de mi ojo, el calor intenso del culo... hace que explote mi cerebro y estallo en un intenso orgasmo. Agradezco.

Amo vuelve a los golpes, intercalando intensidades y lugares. Afortunadamente tengo el culo grande, así que poseo una gran superficie donde golpear y pocas veces repite el golpe en el mismo sitio. De pronto uno muy intenso hace que me retuerza. No soy consciente del dolor hasta unos milisegundos después. Crees que lo puedes soportar, y en un segundo se acentúa hasta que lo consideras insoportable, el grito es al igual, gradual. Del gemido al dolor extremo en un segundo... Curioso. Muy curioso. La odio con toda mi alma... echo de menos el cinto y lloro sin parar.

Cuando no puedo gestionar más dolor me incorporo del respaldo y me giro. Au au au... Amo, por favor... tregua para esta puta... por favor. Me siento en la butaca, noto la superficie del cuero fresquita y me relaja.

- Vuelve a tu sitio, puta - Me ordena. Miro su silueta grande, de pie, imponente, temible y violenta... en penumbra y con la defensa en la mano. Por favor... por favor... intento murmurar... no sé si me oye.

Lejos de apiadarse de mí, empieza a golpearme en los muslos y la barriga, mientras sigue ordenandome que vuelva a mi posición. Au.. duele mucho más que en el culo, así que me pareció más sensato volver a mi lugar y ponerme sobre la butaca de rodillas, abrazada al respaldo. Eso si, temblando como un pajarito mojado, esperando más dolor, que llega intenso en la parte alta del culo y me saca un grito. Lloro desconsolada, tiemblo y me dan hasta hipidos de puro nervio mientras en mi cabeza comienza a dibujarse la palabra de seguridad... 

Como si me hubiese leído el pensamiento Amo me acaricia el culo y la espalda con toda la superficie larga y suave del revestimiento de cuero de la defensa y despacio va entrando por mi hendidura ente las piernas... instintivamente las abro hasta lo que me permite el estrecho espacio que me da la butaca y encorvo la espalda marcando al Amo mi deseo de que continúe. Contoneo las caderas... Si me ordena en ese momento que me corra estallaría como una sandía contra el suelo. 

Tras un ratito de tontear con la punta redondeada mi raja húmeda del perineo hasta la entrada de mi coño, decido echarle una mano y agarrarlo por debajo de mis muslos y colocármelo en el lugar adecuado, estoy empapada en babas como un caracol y me entra fluída como en un tarro de mantequilla.... Amo lo hunde girándolo hasta que topa con el fondo de mi vagina y comienza a sacudirlo, primero suave, luego acelerando, tras un rato así mi cuerpo me pide explotar.

- Amo... Permiso... quiero correrme!

- No

 - Por favor, por favor!!!

- No! -Me grita Amo sacudiendo fuerte ese puto objeto del demonio dentro de mí - Aguanta, puta

- Amo!! no puedo más!!! Por favooor!!!

- Córrete.

Si no fuese por estar en aquel lugar habría dejado salir con toda la fuerza un tremendo chorro... pero retuve el impulso de empujar y empecé a temblar y a convulsionar dejando salir toda la tensión de aquella noche. 

Agradecí de nuevo... y Amo a modo de respuesta volvió a golpear. Continuaron los golpes un rato más, en el culo, las caderas y los muslos, hasta que volví a darme la vuelta pidiendo... suplicando tregua. Por favor... por favor!!! Me arrodillo y me pego a sus piernas.

- Ponte el pantalón.

Sin parar de llorar y temblar agarré a tientas el burruño de tela que se me había formado en los tobillos... incapaz fui de hacerme con ellos... Estaba tan nerviosa... tiraba de la tela hacia arriba y no conseguía más que apretar el nudo de mis tobillos. Me senté en la butaca y respiré hondo. Son unos putos pantalones, zorra. Tu puedes.

Tras unos segundos eternos de pelea, conseguí subirme el pantalón. Aún no cantaba victoria, podría continuar en cualquier momento.

En lugar de eso, Amo se baja la bragueta del uniforme y se saca mi premio.

- Vas a comerme la polla, puta zorra de mierda. 

- Siiiiii Amo... !1 Sonrío mientras me acerco gateando a su silueta con la lengua fuera. Nada me duele ya... solo quiero mi premio....

Intento hacerle al Amo mi mejor trabajo, despacito, jugando con su frenillo, humedeciendo bien mis labios y los pulgares que dirijo con mis brazos en alto hacia sus pezones. Amo se baja el pantalón y apoya el culo en el respaldo de una de las butacas. Se deja llevar mientras sigo haciéndole la mamada de su vida.

Amo comienza a gemir... Que rico puta... Sigue así... me voy a correr en tu puta boca sucia... 

Pronto se le hincha la polla y se endurece hasta que se vacía. No sé si me ve, pero mantengo la boca abierta y llena de su esperma, esperando la orden, tras unos segundos, que Amo se recompone parece que me intuye y me ordena tragar. Obedezco y me dirijo a él a componerle de nuevo el uniforme... Me abrazo a sus caderas, mientras Amo me descoloca el pelo, cariñoso.

- Buena chica... 

Me quedo un rato exhausta, de rodillas en el suelo, flipando y bajando de mi nube. Observo la penumbra que crea la linterna de mi móvil en aquel espacio tan extraño y la cara de mi Amo... No puedo quererlo más. Sonrío. 

Al levantarme me doy cuenta del tremendo dolor en el culo y las piernas... y me siento orgullosísima de no haber dicho la palabra de seguridad. Me habría perdido aquella sensación de superar mis propios límites... 

Tras aquel primer momento, me incorporo satisfecha, me compongo la ropa, me calzo las zapatillas, y marcho detrás de él al puesto. Me siento en el suelo, a su lado, tras un par de aus y ays... jjajaja! y terminamos de ver la película...


No se puede ser más feliz... y no puedo tener más suerte. Gracias, gracias gracias, mi dueño. Soy la puta más feliz del mundo. 





P.D.  La prueba de mi felicidad... los tremendos moratones negros que he tenido esta semana... Como estos. 






Gracias mi Dueño. 

El Cerebro masoquista: mi gran desconocido













Por fin leo algo sobre mi cerebro que me arroja algo de luz, siempre me ha fascinado cómo reacciono ante el dolor y cómo la máquina que tengo sobre los hombros traduce mis sensaciones dolorosas en placenteras.

Lo he leído varias veces. Es un artículo científico y un poquito técnico, justo lo que a mi me gusta. Está sacado del siguiente blog:

https://www.hermessolenzol.com/en/post/scientists-find-the-areas-of-the-brain-involved-in-masochism




Estaba en inglés y he preferido pegarlo aquí una vez traducido (gracias, señor Chrome)

El blog es la leche, encontré bastantes lecturas relacionadas, así que tengo mucho material que descubrir.




Gracias enerito por pasarme el enlace


Añado además el artículo original en pdf  en español, por si alguien además quiere leer de la fuente



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Hermes Solenzol

hace 2 días

10 minutos de lectura


Científicos encuentran las áreas del cerebro involucradas en el masoquismo


El masoquismo activa áreas de la corteza implicadas en la empatía, las emociones y la autoconciencia.

No te encuentras muy a menudo con artículos científicos sobre la neurociencia del masoquismo.


De hecho, el BDSM sigue siendo un tema tabú en la ciencia. Los investigadores solo trabajan en temas para los que pueden obtener financiación. En los EE. UU., el Congreso se ha mostrado reacio a dar dinero a agencias gubernamentales como los Institutos Nacionales de Salud (NIH) para que investiguen sobre el sexo, y mucho menos sobre "perversiones" como el BDSM.


Por eso me emocioné tanto cuando encontré este estudio, realizado en Alemania por científicos de la Universidad de Heidelberg:

Modulación contextual del dolor en masoquistas: afectación del opérculo parietal y la ínsula. S. Kamping, J. Andoh, IC Bomba, M. Diers, E. Diesch y H. Flor. Dolor 2016, vol. 157 Número 2, páginas 445-45. PDF _


Utilizaron resonancia magnética funcional (fMRI), una poderosa técnica de imagen cerebral, para comparar los cerebros de masoquistas y no masoquistas. Un ingenioso diseño experimental que combina resonancia magnética funcional con imágenes masoquistas y dolor les permitió llegar a algunas conclusiones interesantes.

preguntas sobre masoquismo


Aquí hay algunas preguntas respondidas por este estudio:


¿Los masoquistas son menos sensibles al dolor?


¿El cerebro de un masoquista responde al dolor BDSM (por ejemplo, una nalgada) y otras formas de dolor de la misma manera?


¿Existen áreas cerebrales específicamente activadas por el masoquismo?


¿El masoquismo es adictivo?
Diseño experimental


Hubo 32 participantes en el estudio: 16 masoquistas y 16 no masoquistas (controles). Los masoquistas fueron 8 hombres y 8 mujeres, mientras que los controles fueron 4 hombres y 12 mujeres. Los masoquistas fueron reclutados a través de Internet y en reuniones locales de BDSM. Se les evaluó aún más mediante un cuestionario sobre actividades masoquistas: tenían que considerarse masoquistas, preferir el papel de sumiso (inferior) y más del 50 % de su actividad sexual tenía que implicar dolor.


Se excluyeron del estudio las personas con trastornos mentales o dolor crónico, y aquellas a quienes el comportamiento masoquista les causó “angustia clínicamente significativa” o perjudicó su funcionamiento social. Estos criterios de exclusión son razonables, pero pueden haber sesgado algunas de las conclusiones del estudio. Por ejemplo, descubrí que los masoquistas con dolor crónico utilizan con éxito el sadomasoquismo para controlar el dolor causado por su enfermedad; consulte mi encuesta de 136 masoquistas. Estas personas parecen ser menos sensibles al dolor que los no masoquistas, contrariamente a uno de los hallazgos del estudio.


El estímulo doloroso fue una luz láser aplicada en la parte dorsal de la mano. Esto producía un intenso dolor tipo “pinchazo” de corta duración. Los participantes calificaron la intensidad subjetiva del dolor utilizando una escala de 0 (sin dolor) a 10 ("el peor dolor imaginable"). En el resto del estudio se usaron intensidades de láser que dieron calificaciones de dolor de 3 a 4.


Otro componente del estudio fueron las imágenes masoquistas, que se utilizaron para evocar sentimientos eróticos en los participantes (masoquistas y controles). Aparentemente, los científicos no confiaban en sí mismos para elegir las imágenes BDSM más emocionantes, por lo que reclutaron a 18 masoquistas adicionales para elegir las 10 mejores. Además, se utilizaron otros tres conjuntos de 10 imágenes que evocan emociones neutras, positivas y negativas, respectivamente.


Las imágenes fueron seleccionadas por su excitación y valencia. En este contexto, la excitación significa cuánto capta nuestra atención una imagen. La valencia se refiere a si la imagen evoca en nosotros atractivo (nos gusta) o aversión (nos disgusta). La alegría y la excitación sexual son emociones con valencia positiva, mientras que el miedo, la tristeza, el disgusto y la ira tienen valencia negativa. En este estudio, se esperaba que una imagen masoquista como una flagelación tuviera una valencia positiva para los masoquistas y una valencia negativa para los controles. Sería interesante saber cómo se refleja esto en la activación de distintas áreas cerebrales.


La parte principal del estudio consistió en utilizar resonancia magnética funcional (fMRI) para obtener imágenes del cerebro de los sujetos mientras miraban las imágenes a través de gafas y recibían la dolorosa estimulación láser en la mano. fMRI se basa en el hecho de que cuando las neuronas en un área del cerebro están más activas, hay más flujo de sangre a esa área. Se utilizan potentes campos magnéticos y pulsos de radiofrecuencia para localizar moléculas de hemoglobina que transportan oxígeno en la sangre. De esta manera, las áreas del cerebro con aumento y disminución del flujo sanguíneo pueden identificarse mientras el cerebro hace cosas como sentir dolor o excitarse sexualmente. Los aumentos y disminuciones en el flujo sanguíneo nos dicen qué áreas del cerebro están más y menos activas, respectivamente.


A diferencia de la tomografía por emisión de positrones (PET) y otras técnicas de imagen cerebral, la fMRI no requiere inyectar sustancias a los participantes. Sin embargo, los sujetos deben mantenerse inmóviles dentro de un enorme aparato que produce los campos magnéticos. Los resultados de la IRMf se muestran en imágenes tridimensionales del cerebro en las que la actividad cerebral está codificada por colores: amarillo, naranja y rojo muestran una actividad creciente, mientras que el cian y el azul muestran una actividad cerebral decreciente. Los grises significan que no hay cambios.

Una cartilla sobre las áreas del cerebro


Para comprender las imágenes de fMRI, necesitamos saber un poco sobre las áreas del cerebro involucradas en el dolor y la emoción. Por lo tanto, tenga paciencia conmigo mientras le repaso la anatomía del cerebro que es importante para los resultados de este estudio.


Cortex significa 'corteza' y es la capa externa del cerebro. Está sobredesarrollado en los humanos, dándonos nuestras extraordinarias capacidades de pensamiento. Durante la evolución de los simios y los homínidos, creció tanto que la única forma de envolverse dentro del cráneo fue desarrollando numerosas arrugas, llamadas circunvoluciones. Cada giro está separado del siguiente por un surco llamado surco .



Corteza cingulada anterior (en rojo). Wikimedia Commons.


Aparte de ellos, hay tres grietas profundas en la corteza, llamadas fisuras. El más profundo corre de adelante hacia atrás y divide el cerebro en los hemisferios derecho e izquierdo. Dentro de esta fisura hay dos porciones de corteza enfrentadas. Su parte más profunda, formando un arco alrededor del centro del cerebro, es la corteza cingulada. La parte anterior del córtex cingulado es el córtex cingulado anterior (CCA), que es el encargado de tomar decisiones ( Engstrom et al., 2014 ). Como veremos, es importante en el dolor y el masoquismo.


Una segunda fisura es el surco central, que corta alrededor de los lados de la corteza y la divide en corteza frontal y posterior. En términos generales, cualquier cosa que se encuentre por delante del surco central tiene que ver con la acción y cualquier cosa que esté por detrás tiene que ver con la sensación. Por lo tanto, la circunvolución vertical justo por delante del surco central, la circunvolución central anterior, es la corteza motora primaria, que contiene un mapa de todos los músculos del cuerpo y ejecuta el último paso en el procesamiento del movimiento. La circunvolución vertical justo detrás del surco central, la circunvolución central posterior, es la corteza somatosensorial, que contiene un mapa de toda la superficie de nuestra piel y es donde terminan todas las sensaciones táctiles y dolorosas. La corteza somatosensorial es donde sentimos dónde se encuentra el dolor en el cuerpo.



Corteza somatosensorial y motora. De Wikimedia Commons.


La tercera fisura es el surco lateral, que corre de adelante hacia atrás en el lado del cerebro. La corteza continúa dentro de esta fisura y se expande dentro de cada hemisferio, formando una isla de corteza, por lo que se denomina ínsula , que en latín significa isla ( Gogolla, 2017 ). El área de la corteza alrededor y dentro del surco lateral se llama opérculo . Como veremos, juega un papel importante en el masoquismo. La ínsula es un área fascinante del cerebro porque es donde se unen muchas de nuestras emociones. Es responsable de la prominencia de nuestras sensaciones: cuánto nos importa una sensación. Por ejemplo, el dolor, la picazón y el placer sexual son sensaciones con alta prominencia.



Ubicación y partes de la ínsula. Wikimedia Commons.


En los humanos, la parte anterior de la ínsula es mucho más grande que en otros mamíferos, incluso en los simios. Durante la evolución humana, la función de la ínsula anterior se volvió diferente entre los hemisferios cerebrales ( Craig, 2011 ). Mientras que la ínsula posterior nos dice cómo nos sentimos en cada momento, la ínsula anterior derecha es capaz de imaginar cómo nos sentiríamos en determinadas circunstancias ( Craig, 2009 ). Es capaz de crear sentimientos hipotéticos. Por lo tanto, es crucial para la empatía (imaginar cómo se siente otra persona) y la teoría de la mente (representar el estado mental de otra persona).


El desagrado del dolor es procesado por la ínsula, mientras que la ubicación del dolor está determinada por la corteza somatosensorial. El impulso de hacer algo sobre el dolor proviene del ACC.


Las sensaciones de dolor del cuerpo viajan por la médula espinal y entran al cerebro, haciendo relevos en un área del tallo cerebral llamada núcleo parabraquial, que se conecta con la amígdala, la parte del cerebro responsable del miedo y la ansiedad. Las vías del dolor continúan hasta el tálamo, que es un área en el centro del cerebro que sirve como un relevo para todas nuestras sensaciones, excepto el olfato. En el tálamo, las neuronas del dolor hacen sinapsis con neuronas que van a tres áreas de la corteza: la corteza somatosensorial (¿dónde está el dolor?), la ínsula (¿qué tan intenso es el dolor?) y el ACC (¿qué voy a hacer? sobre el dolor?).


Traté de condensar eso lo más posible, pero necesitamos esta información para dar sentido a los hallazgos de este estudio sobre el masoquismo.


Oye, ¿quién dijo que la neurociencia era fácil?

Algunos hallazgos interesantes sobre los masoquistas


Los masoquistas mostraron interés por el masoquismo cuando tenían en promedio 17 años. La más temprana fue a los 7 años y la última a los 36. Su primera actividad masoquista fue cuando tenían 25 años, en promedio, la más temprana nuevamente a los 7 y la última a los 47.


Esto muestra que los deseos masoquistas pueden aparecer durante la niñez, incluso antes de que se desarrolle el deseo sexual completo durante la pubertad. Muchas personas se vuelven masoquistas cuando son adolescentes. Sin embargo, algunos llegan más tarde en la vida, tal vez porque sus amantes los introdujeron al BDSM.

Respuestas a imágenes masoquistas.


Las imágenes masoquistas produjeron niveles similares de excitación (excitación) en masoquistas (4,3 ± 1,4) y controles (4,2 ± 1,8), en una escala del 1 al 9. Sin embargo, tuvieron valencia positiva (atracción) en masoquistas (6,2 ± 0,9) y valencia negativa (rechazo) en los controles (3,4 ± 1,2), nuevamente en una escala del 1 al 9.


A los masoquistas también les gustaban más las imágenes que eran más excitantes, como lo demuestra una alta correlación entre la excitación y la valencia de las imágenes.


Todas las demás imágenes (neutrales, positivas y negativas) fueron calificadas de manera similar en cuanto a excitación y valencia por parte de los masoquistas y los controles.


Esto confirma la suposición de los investigadores de que a los masoquistas les gusta ver cosas como flagelaciones o azotes, mientras que a otras personas no les gustan estas imágenes. Aún así, estas imágenes son igualmente impactantes para todos.

A los masoquistas les desagrada el dolor fuera de un contexto erótico


Cuando se aplicó el dolor sin mostrar ninguna imagen, los masoquistas y los controles calificaron el dolor de manera similar por su intensidad y desagrado.


Sin imágenes, la resonancia magnética funcional mostró una activación similar del cerebro por el estímulo del dolor en masoquistas y controles. En ambos grupos, el dolor activó las áreas cerebrales involucradas en el dolor: tálamo, corteza somatosensorial primaria, ínsula, opérculo y ACC. Estas áreas se activaron en el mismo grado en masoquistas y controles.


Esto refuta la creencia popular de que a los masoquistas les gusta cualquier tipo de dolor, en cualquier circunstancia. A los masoquistas solo les gusta el dolor cuando se entrega en un entorno erótico.

Áreas cerebrales activadas por imágenes masoquistas


En esta parte del estudio, a los participantes se les mostraron imágenes masoquistas sin el estímulo del dolor para ver qué áreas del cerebro se activaron. Los masoquistas mostraron una mayor activación del CAC derecho y de la ínsula anterior derecha en respuesta a estas imágenes.



Imágenes de fMRI de masoquistas mientras se ven imágenes masoquistas. ACC: corteza cingulada anterior. En: ínsula. De Kamping et al., 2016, Pain 157: 445-455.


Encuentro esto fascinante. Muestra que lo que los masoquistas están haciendo es imaginar los sentimientos de la pareja sumisa en la imagen usando su ínsula anterior derecha. La activación del ACC quizás represente su deseo de estar en esa situación.

Imágenes masoquistas disminuyen el dolor en masoquistas


En este experimento, los participantes recibieron el estímulo del dolor con láser mientras veían las imágenes masoquistas. Se les pidió que calificaran la intensidad y el desagrado del dolor. Los masoquistas informaron menor intensidad del dolor (2,2 ± 1,5) que los controles (3,5 ± 2). También informaron que el dolor era menos desagradable (1,6 ± 1,2) que los controles (3,2 ± 2,3). Estas disminuciones en la intensidad del dolor y el malestar fueron tan fuertes como el efecto de los opioides como la morfina.


Por lo tanto, cuando son capaces de erotizar el dolor, los masoquistas sienten que el dolor es menos intenso. Esto indica que activan las vías inhibidoras del dolor que conectan el tronco encefálico con la médula espinal, probablemente las que utilizan endorfinas. La disminución de la incomodidad del dolor probablemente tiene un mecanismo diferente. Esto se exploró utilizando fMRI en el siguiente experimento.

Respuestas cerebrales a combinaciones de imágenes masoquistas y dolor.


Hacer fMRI mientras se veían imágenes de masoquistas y soportar la estimulación del dolor mostró diferencias entre masoquistas y controles en las áreas cerebrales activadas. Los masoquistas mostraron una mayor activación del opérculo -la parte de la corteza próxima a la ínsula-, la circunvolución frontal superior y la circunvolución frontal media , dos áreas de la corteza frontal. La circunvolución frontal superior está involucrada en la autoconciencia.



Imágenes de resonancia magnética funcional del cerebro de masoquistas mientras ven imágenes masoquistas y experimentan dolor. CO: opérculo central. PO: opérculo parietal. SFG: giro frontal superior. De Kamping et al., 2016, Pain 157: 445–455.


En los masoquistas, también hubo menos conectividad funcional entre el opérculo y la ínsula, la corteza motora, el tálamo derecho y el ACC derecho. Esto no sucedió en los controles. Dado que la corteza motora y el ACC están involucrados en la planificación de las acciones, esto podría significar que los masoquistas no sienten la necesidad de responder al dolor. Las señales negativas del opérculo a la ínsula pueden representar la disminución del malestar del dolor en los masoquistas.


Un sorprendente hallazgo negativo fue que la fMRI mostró que en los masoquistas no había activación de la vía de recompensa del cuerpo estriado ventral. Esta vía conecta el área tegmental ventral (VTA) con el núcleo accumbens, donde libera dopamina. Se ha considerado erróneamente la vía del placer, porque los animales y los humanos la estimulan compulsivamente cuando se les implantan electrodos. También es la parte del cerebro donde las drogas como los opiáceos y la cocaína producen adicción. Hoy sabemos que esta vía no produce placer, sino motivación y respuestas a las recompensas ( Salamone y Correa, 2012 ). En cualquier caso, el hecho de que esta vía de recompensa no esté activada por el masoquismo demuestra que no es adictiva.

Conclusiones


El mensaje final es que el masoquismo es una actividad erótica que depende de la fetichización de ciertas relaciones, situaciones, objetos y acciones. En este entorno BDSM, las respuestas de los masoquistas al dolor cambian drásticamente, de modo que sienten menos dolor y lo encuentran menos desagradable (y probablemente placentero).


Esto valida las experiencias de los masoquistas cuando hablan de una "escena" y un "subespacio" BDSM: un estado alterado de conciencia provocado por experimentar dolor en este entorno.


La experiencia masoquista no es similar al efecto de los opioides y otras drogas, y no produce adicción, porque no activa la vía de la dopamina del estriado (VTA al núcleo accumbens) que media los efectos de las drogas adictivas. En cambio, implica la activación de áreas corticales del cerebro que median las emociones, la empatía, los sentimientos y la autoconciencia. Por lo tanto, el masoquismo es una experiencia cognitiva y emocional compleja, anclada en una determinada cultura y valores, y que impulsa relaciones íntimas y profundas