ceder el control

Ayer firmé mi contrato de sumisión.





Es la primera vez en mi vida que cedo el control absoluto de mi sexo a alguien. Tengo un nudo en el estómago desde hace dos días,  El tiempo en que Amo y yo llevamos redactándolo. Evidentemente no tiene ningún valor legal. Pero es un compromiso que quiero tener. Y no quisiera romper.

La verdad es que estoy emocionada, es como si ya no dependiese de mi... como pasar el volante del coche a otro y que te lleve a donde quiera.

Que paradoja...la sensación de libertad, de saltar al vacío y ver hacia dónde me lleva el viento firmando mi anulación de intimidad, de deseo propio y el goce de masturbarme cuando y como yo quiera.

Por otro lado es comprensible. Si esperas que otra persona te proporcione placer llevándote al límite debe conocer cada botón, tecla y traste de tu cuerpo. Cada reacción y cada centímetro de ti, puesto que lo va a utilizar para darte sensaciones muy intensas, tanto para ti como para él como si de un instrumento musical se tratase.

Evidentemente esto nunca lo haría con ningún otro que no fuese mi Amo. A mi Amo lo conozco desde hace años. Y él a mi. Con él me es fácil darme.

Mi Amo tiene ese puntito de clásico y tradicional, sin serlo demasiado. Seductor, divertido y sobre todo morboso y sádico... muy morboso y muy sádico. Buen cocinero y mejor contador de cuentos.
Me adora, me respeta y para el soy un capricho hecho realidad. No podría pedir más.

Hemos estado hablando durante toda la mañana para redactar el contrato. Piercings, tatuajes, limpieza y salud, familias respectivas y trabajo son sagrados. Eso por descontado.

Ropa interior... madre. No se si acabaré cumpliendo. Me muero de la vergüenza.

Me asusta la parte de no tener otros rollos. Siempre he sido suuuper promiscua. Entre otras cosas porque ninguna de las parejas que tuve consiguió satisfacerme del todo... Y la parte de no tocarme... esa si que me va a doler... me van a caer castigos como panes. Pero quiero hacerlo.

Para mi es una aventura. Creo que siempre he tenido algo de masoquista... y siempre he pedido. Lo único que no sabía cómo. Amo sabe. Amo me da lo que pido. Sin límite. Sin melindres, sin tapujos.

Soy perra. Soy zorra. Soy Puta. Y soy tremendamente morbosa. Espero que mi Amo me ayude a sobrepasar mis límites y haga de mí alguien de quien sentirse orgulloso.


Amo, a partir de ahora soy tu perra, tu zorra, tu puta.




Gracias Amo. Te quiero Amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario