Legítima Defensa




Tengo que reconocer mi relación de amor-odio con este puñetero cacharro del demonio.

Siempre lo llamé porra... pero creo que se ha ganado a golpes el derecho a ser llamada por su nombre... Señora Defensa. Conste que yo solita me lo busqué.

Levábamos varias semanas en plan tranqui. Amo estaba relajado y disfrutábamos de la compañía mutua durante los ratitos que compartíamos juntos. Buenas charlas, pelis y risas.

Una noche, mientras esperaba la orden de Amo de ir a su puesto, una vez vacío el lugar, aprovechamos para charlar por el chat.

- Oye puta, el tipo este de la compañía parece que no se va a ir en un rato, vente detrás de mí y te colocas tras la puerta.

* Si, Amo.

Con todo el cuidado que pude me escabullí por el pasillo hasta llegar al puesto del vigilante, me coloqué donde me había ordenado, me asomé para cruzar una mirada con Amo y nos sonreímos. Que morbo me da siempre este juego... parece mentira. Pegadita a la pared y tiesa como un huso espero paciente.

Mi móvil vibra en el bolsillo de la chaqueta. 

- Que? estás cómoda ahí? jajaja

* Estando cerquita de ti, siempre... jeje..

- Cuéntame, qué quieres que te haga hoy?

Uff... Trago saliva, me entra un calor tremendo. Mierda, no estaba preparada para esa pregunta. Justo cuando estaba respondiendo aparece por el pasillo, a toda prisa, el chiquillo de la compañía, estaba organizando el vestuario de la función para el día siguiente y se retrasaba siempre un poquito más. Yo me estiré y dejé de respirar por miedo a que me descubriera. Les escuché charlar amigablemente mientras mi Amo lo acompañaba a la salida del local y echaba la llave y apagaba el vestíbulo. Por fin solos. Salgo de mi escondite.

Al volver donde yo me encontraba, me para con un gesto y me ordena mantenerme ahí, de pie, escondida. Él vuelve a su puesto. Mi móvil vuelve a vibrar.

- Te he hecho una pregunta. Qué quieres que te haga, puta.

Tardo unos segundos en responder, mido las palabras... quiero que sean contundentes y cómodas al mismo tiempo.

* No lo sé, mi Dueño... Hace mucho que no me das una paliza en condiciones... 

- Cómo te gustaría que te golpease?

Joder... ya empecé a humedecerme por la entrepierna. Mi cabeza gritaba mátame a golpes... arrástrame hasta arrancarme el pelo... hazme sangrar hasta por los ojos... pero eso no iba a pasar, así que tragué saliva y respondí.

* No lo sé, Amo, como te salga... siempre me excita mucho sentirme tu saco de boxeo. Hecho de menos tu cinturón, por ejemplo. Que me agarres del pelo y me arrastres... que seas muy violento.

- Que más, puta... me estoy calentando.

* Hace mucho que no me follas, Amo.

Era cierto, va a hacer casi un año que no tengo sexo vaginal con el Amo. El día que lo haga me va a romper en dos, jajaja!

- Es que gritas mucho, prefiero taparte la boca a pollazos. Qué más? Usa tu imaginación, zorra, me estoy poniendo cachondo.

De pronto la vi, en la esquina de la estancia. Frente a mí. En una estantería. La porra del Amo, enganchada en el cinturón reglamentario, junto a las esposas y el resto de cachivaches que llevan colgando. 

😏Y si... 

* Me gustó mucho la otra vez que me masturbaste con la defensa, Amo.

- No lo recuerdo

* Yo sí... mmmm...

- Qué te hice?

* Me empujaste contra la pared, me quitaste el pantalón, me hiciste abrir las piernas y me metiste la defensa.

- En el culo? 

* No, Amo, en mi coño. Me corrí varias veces. No te acuerdas???? 

- Nop

* Pues yo me sigo masturbando muchas veces con aquel recuerdo.

- Te vas a meter en el patio de butacas. Cuando llegues cierra bien la puerta y sin irte muy lejos grita. Quiero comprobar si se escucha.

Obedezco al momento, sin levantar la mirada del suelo al pasar a su lado. Agradecí enormemente el gesto que tuvo de tener esta conversación por el móvil y no hacerlo en persona porque no hubiera sido capaz de hablar por la vergüenza. Parece mentira cómo me ayuda escribir en estos casos, el no pronunciar las palabras. Por chat me salen fluídas... en persona se me bloquean y me muero de timidez.

Cuando llego al patio de butacas me sorprende la gran oscuridad. No es que sea un lugar muy grande, apenas un par de cientos de butacas, pero a oscuras se sentía inmenso. Como una gran caverna. 

*Amo, voy a gritar en tres..

* dos

* uno

Cogí aire y grité con todas mis fuerzas hasta que vacié los pulmones, sin dejar de mirar la pantalla del móvil.

- Vaya mierda de insonorización. Te escuché!

* Jajajaja! entonces me cuidaré de no hacer mucho ruido, te lo prometo. 

Espero unos minutos a oscuras, sin soltar el móvil. 

Amo entra por la puerta, la luz se cuela y veo su silueta. Automáticamente se me borra la sonrisa. Lleva la defensa en la mano. Mierda. Se acerca a mí y me besa largo y húmedo. Me deshago en su boca y respiro hondo mientras saboreo su lengua. Hazme lo que quieras, mi dueño... tuya soy. Sé violento, por favor.

Me ordena dejar encendida la linterna del móvil y dejarlo sobre el brazo ancho de una butaca, me da la vuelta agarrándome del brazo y me hace ponerme de rodillas sobre otra de ellas, apoyando los brazos en el respaldo. Se pega a mí por detrás y me abofetea fuerte unas cuantas veces.

Cuando se aburre de mi cara se baja a golpear las tetas. Tengo una nueva instruccion. No llevar sujetador en su presenciaasí que tenía vía libre a mis aritos, y  mis pezones. Esta vez decidió agarrarlas fuerte y palmearlas. Son bastante pesadas, lo que acentúa el dolor al bambolearse con las palmadas. 

- Quieres que sea violento, zorra? Vuelva a abofetear duro mi teta y mi cara, mientras me agarra del pelo con la otra mano.

- Si, por favor - Mientras salen de mí esas palabras me arrepiento de decirlas. Ya está. A partir de ahora todo queda en sus manos. Querías una buena paliza... No conozco a nadie que me dé lo que pido con tanta intensidad y eficacia como él.

 Me agarra de nuevo del brazo y me pone enfrente de sí. Me abofetea fuerte, golpeando mis mejillas con las dos manos.

Curioso efecto. Cuando te golpean la cara a oscuras aparece un chasquido de luz.  No se de dónde, pero llegas a ver una especie de fogonazo. Un flash.

Amo me fué abofeteando duro, a veces con la palma, otras con los nudillos... no distinguía de dónde llegaban. Solo intentaba entender los fogonazos de luz... De pronto soy consciente del dolor y es tan intenso que levanto mis brazos con las palmas de las manos abiertas y me cubro la cara... Un ojo me tintinea... Y se cierra solo. Me agacho instintivamente, me rindo. No puedo más. 

Amo me ordena levantarme y colocarme de rodillas en una de las butacas, abrazada al  respaldo.

Me baja el leggin hasta donde le deja mi postura y comienza a acariciarme el culo con lo que siento duro, largo y frío. La defensa. De pronto noto un golpe, en el culo. Mierda, no pensé que me azotaría con aquello. Vuelve a golpear, más duro, Aaau! Golpea más duro aún, una y otra vez. El dolor es cada vez mayor, no es como un azote, caliente, picante. Es un dolor grave, como más interno, mas gradual y complejo. Me sigue dando en toda la superficie de mi culo, en los dos cachetes arriba y abajo, en los muslos me duele muchísimo... Es más duro de lo que recordaba. Comienzo a llorar. 

De pronto su voz me hace olvidar el dolor.

- Córrete, puta

Mi cabeza se sale de mi cuerpo, me veo semidesnuda, con el culo en pompa, en un lugar familiar... con el morbo de mi Amo golpeándome sádico. Me imagino su cara... sus manos con la defensa golpeando y el dolor de mi cara y de mi ojo, el calor intenso del culo... hace que explote mi cerebro y estallo en un intenso orgasmo. Agradezco.

Amo vuelve a los golpes, intercalando intensidades y lugares. Afortunadamente tengo el culo grande, así que poseo una gran superficie donde golpear y pocas veces repite el golpe en el mismo sitio. De pronto uno muy intenso hace que me retuerza. No soy consciente del dolor hasta unos milisegundos después. Crees que lo puedes soportar, y en un segundo se acentúa hasta que lo consideras insoportable, el grito es al igual, gradual. Del gemido al dolor extremo en un segundo... Curioso. Muy curioso. La odio con toda mi alma... echo de menos el cinto y lloro sin parar.

Cuando no puedo gestionar más dolor me incorporo del respaldo y me giro. Au au au... Amo, por favor... tregua para esta puta... por favor. Me siento en la butaca, noto la superficie del cuero fresquita y me relaja.

- Vuelve a tu sitio, puta - Me ordena. Miro su silueta grande, de pie, imponente, temible y violenta... en penumbra y con la defensa en la mano. Por favor... por favor... intento murmurar... no sé si me oye.

Lejos de apiadarse de mí, empieza a golpearme en los muslos y la barriga, mientras sigue ordenandome que vuelva a mi posición. Au.. duele mucho más que en el culo, así que me pareció más sensato volver a mi lugar y ponerme sobre la butaca de rodillas, abrazada al respaldo. Eso si, temblando como un pajarito mojado, esperando más dolor, que llega intenso en la parte alta del culo y me saca un grito. Lloro desconsolada, tiemblo y me dan hasta hipidos de puro nervio mientras en mi cabeza comienza a dibujarse la palabra de seguridad... 

Como si me hubiese leído el pensamiento Amo me acaricia el culo y la espalda con toda la superficie larga y suave del revestimiento de cuero de la defensa y despacio va entrando por mi hendidura ente las piernas... instintivamente las abro hasta lo que me permite el estrecho espacio que me da la butaca y encorvo la espalda marcando al Amo mi deseo de que continúe. Contoneo las caderas... Si me ordena en ese momento que me corra estallaría como una sandía contra el suelo. 

Tras un ratito de tontear con la punta redondeada mi raja húmeda del perineo hasta la entrada de mi coño, decido echarle una mano y agarrarlo por debajo de mis muslos y colocármelo en el lugar adecuado, estoy empapada en babas como un caracol y me entra fluída como en un tarro de mantequilla.... Amo lo hunde girándolo hasta que topa con el fondo de mi vagina y comienza a sacudirlo, primero suave, luego acelerando, tras un rato así mi cuerpo me pide explotar.

- Amo... Permiso... quiero correrme!

- No

 - Por favor, por favor!!!

- No! -Me grita Amo sacudiendo fuerte ese puto objeto del demonio dentro de mí - Aguanta, puta

- Amo!! no puedo más!!! Por favooor!!!

- Córrete.

Si no fuese por estar en aquel lugar habría dejado salir con toda la fuerza un tremendo chorro... pero retuve el impulso de empujar y empecé a temblar y a convulsionar dejando salir toda la tensión de aquella noche. 

Agradecí de nuevo... y Amo a modo de respuesta volvió a golpear. Continuaron los golpes un rato más, en el culo, las caderas y los muslos, hasta que volví a darme la vuelta pidiendo... suplicando tregua. Por favor... por favor!!! Me arrodillo y me pego a sus piernas.

- Ponte el pantalón.

Sin parar de llorar y temblar agarré a tientas el burruño de tela que se me había formado en los tobillos... incapaz fui de hacerme con ellos... Estaba tan nerviosa... tiraba de la tela hacia arriba y no conseguía más que apretar el nudo de mis tobillos. Me senté en la butaca y respiré hondo. Son unos putos pantalones, zorra. Tu puedes.

Tras unos segundos eternos de pelea, conseguí subirme el pantalón. Aún no cantaba victoria, podría continuar en cualquier momento.

En lugar de eso, Amo se baja la bragueta del uniforme y se saca mi premio.

- Vas a comerme la polla, puta zorra de mierda. 

- Siiiiii Amo... !1 Sonrío mientras me acerco gateando a su silueta con la lengua fuera. Nada me duele ya... solo quiero mi premio....

Intento hacerle al Amo mi mejor trabajo, despacito, jugando con su frenillo, humedeciendo bien mis labios y los pulgares que dirijo con mis brazos en alto hacia sus pezones. Amo se baja el pantalón y apoya el culo en el respaldo de una de las butacas. Se deja llevar mientras sigo haciéndole la mamada de su vida.

Amo comienza a gemir... Que rico puta... Sigue así... me voy a correr en tu puta boca sucia... 

Pronto se le hincha la polla y se endurece hasta que se vacía. No sé si me ve, pero mantengo la boca abierta y llena de su esperma, esperando la orden, tras unos segundos, que Amo se recompone parece que me intuye y me ordena tragar. Obedezco y me dirijo a él a componerle de nuevo el uniforme... Me abrazo a sus caderas, mientras Amo me descoloca el pelo, cariñoso.

- Buena chica... 

Me quedo un rato exhausta, de rodillas en el suelo, flipando y bajando de mi nube. Observo la penumbra que crea la linterna de mi móvil en aquel espacio tan extraño y la cara de mi Amo... No puedo quererlo más. Sonrío. 

Al levantarme me doy cuenta del tremendo dolor en el culo y las piernas... y me siento orgullosísima de no haber dicho la palabra de seguridad. Me habría perdido aquella sensación de superar mis propios límites... 

Tras aquel primer momento, me incorporo satisfecha, me compongo la ropa, me calzo las zapatillas, y marcho detrás de él al puesto. Me siento en el suelo, a su lado, tras un par de aus y ays... jjajaja! y terminamos de ver la película...


No se puede ser más feliz... y no puedo tener más suerte. Gracias, gracias gracias, mi dueño. Soy la puta más feliz del mundo. 





P.D.  La prueba de mi felicidad... los tremendos moratones negros que he tenido esta semana... Como estos. 






Gracias mi Dueño. 

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