Ritmos. Confinamiento

Por dónde empiezo...

Están pasando tantas cosas en tan poco tiempo, y cada día que pasa la vida se tuerce un poquito más.

A nadie hay que explicarle a día de hoy la tragedia que está ocurriendo en el mundo... lo que sí puedo es contar mi punto de vista. Mi historia particular.

Soy persona de buscar siempre el lado positivo de las cosas. Y aunque a nivel global no parece que haya absolutamente nada positivo, a nivel interno mío sí que lo hay.

Me dieron la baja por una bronquitis unos días antes del confinamiento oficial (estuve haciendo cálculos y debo llevar unos doce dias aislada en casa). Ya estoy casi recuperada, pero aun tengo secuelas en las cuerdas vocales y estoy sin voz desde hace semanas. Vivo sola. En un pueblo pequeño con apenas una decena de vecinos a mi alrededor. Mi única compañía son mis dos gatos. Mi vida activa diaria se resume en los 60 metros que tengo de guarida. Nadie más que yo y mis proyectos diarios.
Al principio comencé bastante activa, mil cosas para no aburrirme, proyectos, textos, lecturas, hasta cursos... pero día a día las actividades se van dibujando solas. Y soy yo la que va cambiando. Me tomo más tiempo para cada actividad.  Poco a poco el movimiento se ralentiza... las pulsaciones bajan... la vida se pausa. El tiempo hoy transcurre diferente dentro de mi.

Al otro lado del universo se encuentra Amo.

Sigue trabajando, pertenece a ese sector de servicios indispensables. De los héroes... de los que se exponen. Además tiene familia en casa, literalmente no para un segundo. Mucho estrés y preocupaciones continuas, desplazamientos, críos, limpieza, compras, ertes y muchas, muchas tensiones.

Los ratitos que contacta conmigo se le nota preocupado. Están pasando muchas cosas y muy rápido. Los compañeros del trabajo traen malas noticias... las tragedias empiezan a sentirse cerca. Leo sus mensajes e intento darle un toque de humor... buscar el morbo... calentarlo un poquito...  le pido instrucciones... le hablo de perras, putas y esclavas... sexo y dolor... Pero tiene la cabeza en otro lado... Me quiere, se preocupa por mi. Hasta pronto Amo. Descansa, mi vida. Cuídate mucho. Te quiero...

Vuelvo a mi reclusión. A mi silencio, a mi ritmo pausado, a mi mundo interno.



Sabes? Llevo un tiempo dándole vueltas... Me inspiró mi amigo Bruno.

El otro día leí un post en su diario (Aquí) sobre rituales. Algo hizo click en mi cerebro morboso...
Por qué no aprovechar este nuevo estado en el que me encuentro para sacarle partido?

Desde chavala sentía una extraña fascinación por el aprendizaje de las maiko... sus movimientos... los rituales... su propia esencia. Vivir para agradar, para entretener, cuidar y mimar hasta el más pequeño detalle, me fascina. Pero nunca tuve tiempo ni paciencia para rituales.



Hasta ahora. Esta circunstancia tan trágica me ha regalado de pronto un bien muy preciado. Tiempo. Ahora tengo tiempo y morbo. Buena combinación. Es el momento perfecto para practicar mis propios rituales.

Tampoco quiero saturar a Amo con dudas y permisos, así que me buscaré la vida, cuando lo tenga bien preparado le preguntaré qué le parece.

Estos dos últimos días los he dedicado a observarme. Ser consciente de cada movimiento que hago y las rutinas que tengo. He descubierto movimientos super sugerentes que quiero aprovechar. Un ejemplo, algo tan rutinario como el café cada mañana,  exactamente igual desde hace años... mis movimientos al tomármelo, ni me había fijado que giro el vaso en mis manos para notar el calor en las palmas... mirar a la ventana, abrir para que salgan los gatos a la terraza. Respirar el aire que trae frío, nieve. humedad... o calor, sol, flores... césped. Curioso eh? Y solo estoy hablando de mis primeros 40 minutos del día!!!

Así estuve estos días. Siendo consciente de cada sensación.

Con toda la información hoy me propuse crear tres rituales. He empezado con cosas sencillas, mi puesta de collar cuando Amo está al otro lado del chat, el pintarme las uñas y la rutina de masturbarme y rezar antes de acostarme.

El otro día vi un vídeo que me fascinó y querría compartir aquí. Es la clásica ceremonia de té japonesa. 

Quisiera usar estos movimientos y absorberlos en mis propios rituales.

La verdad, no se me ocurre cómo lo haré. supongo que lo grabaré en vídeo para no olvidarme. De momento me han salido bastante desastrosas... tendré que practicar.


Espero ir aprendiendo un poquito cada día.


Amo... Sé que pronto todo ésto de alguna manera pasará... Y tendrás a tu perra pendiente de ti como cada día. No veo el momento de verte de nuevo...



Cuídate mucho, por favor. Eres mi héroe.









5 comentarios:

  1. «Esta circunstancia tan trágica me ha regalado de pronto un bien muy preciado. Tiempo.»

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  2. Cuidaros muchos los dos, tu la garganta, y el que se cuide todo, y gracias por cuidar de todos

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    1. Gracias! Tu también. Hay que mantener el morbo como sea.

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