Dolor. Despertar

Como los osos con los primeros rayos de la primavera, así estoy despertando yo de mi letargo sexual. El morbo vuelve a mi cabeza. Veo luz al final del túnel.
Aun me quedan un par de meses para volver a mi rutina (esperemos) pero ya nos asomamos a la ventana a ver si hay alguien paseando por la calle del BDSM.

Volví a teñir mi pelo de rojo fantasía, que ahora, según la marca, se llama rojo sirenta... Vete a saber si la versión habría cambiado al verme a mí con este color. Me parezco a una "sirenita" como un huevo a una castaña pero... no seré yo quien le quite la fantasía al peluquero.

He escrito mucho estos meses. En mi diario personal, he movido mucho dentro de mí y me ha ayudado a asentarme. También empecé un proyecto de novela. Tuve varios intentos de leer alguna de temática BDSM pero me parecían demasiado moñas, van dirigido al público vainilla picante y se encuentran más dentro de la literatura romántica/erótica. (Pongo referencias al final del post). Como dice Amo, "Uds. le dan muchas vueltas a una mamada y cuatro ostias..." Así que una mañana decidí escribir lo que me gustaría leer en una novela. No soy escritora. Lo que si que soy es una gran devoradora de textos y relatos y sobre todo, más en estos últimos años, de blogs de temática BDSM.

A ver lo que sale jajajaja!! 

He coincidido un par de días con Amo. Fue rarísimo... volver a encontrarnos exactamente donde lo dejamos, como si no ubiese ocurrido nada, ni hubiesen transcurrido cuatro meses. Claro, él no dejó de trabajar durante todo el confinamiento, los demás nos hemos ido reincorporando al trabajo muy poco a poco, y en otros espacios.

Me tuvo que mandar varias veces al despacho, porque me quedaba embobada mirándolo... Con la cara de papafrita bajo la mascarilla. "Joder que cansina! deja ya de mirarme! Me vas a gastar...!!" Me decía. 
"Espera, un ratito más" yo asomaba la cabeza por la puerta, suspiraba toda teatrera... y le mandaba un beso antes de desaparecer.

Luego ya solos, con todo el tiempo para nosotros, sin mascarillas, ya volví a mi sitio, a sus pies, con la cena preparada y unas cerves fresquitas. Amo puso una peli en el ordenador... que ni recuerdo. Sólo lo miraba a él... han cambiado de uniforme. Ahora está espectacular. Le sienta de maravilla (O yo estoy más salida que nunca y me resulta excitante hasta los enfermeros con el mono azul con capucha). 

Volver a sentir su polla ahogándome, sus manos sobre mi cuello y mi cara, con fuerza, acabar llorando, con la cara ardiendo y el pitido en los oídos. Pedir más y correrme de puro dolor. No podía creerme que hubiese aguantado tanto tiempo sin aquello.

En un momento dado, entre guantazos, pellizcos y lametones, me avisa de que me abofetearía duro varios golpes seguidos. Asentí y me preparé.

- Cuantas ostias crees que te mereces... 

- Mil (Sé que es exagerado. Pero también sé que me las merezco... por lo bien que me porto y lo buena perra que soy)

 - Mil?

- Vaaaale... cinco. (Pero sigo mereciendo mil)

- Colócate. Aguantarás?

- No lo sé...

Me arrodillo frente a él, relajo el cuello. Amo golpea. Los cinco, alternando mejillas. La cabeza me baila de mano en mano. Siento dolor. Mucho dolor.

- Sigue chupando.

Vuelvo a su entrepierna, chupo con ansia. Estoy excitadísima y Amo está duro como una piedra. Me levanta la cabeza por el pelo, me coloca.

- Cuantas

- Cinco

 Descarga los golpes de nuevo sobre mis mejillas. Me pitan los oídos. Lloro, gimo y escondo la cabeza entre sus piernas. Sigo chupando con más energía. Estoy a punto de estallar. 

- Quieres más?

 Asiento sin dejar de chupar.

- De pie. Cuantas?

- Cinco

Me abofetea de nuevo hasta que grito fuerte en el último. Apoyo la espalda contra la pared y me derramo hacia abajo. Me siento pequeñita. Necesito acurrucarme. Amo aprovecha mi postura para pegar mi cabeza a la pared y meterme la polla en la boca de nuevo. Me la folla duro, apenas puedo respirar, Noto la presión caliente de Amo sobre mi cara y el punzante gotelé en la parte de atrás de la cabeza. No puedo moverme. Golpeo su pierna para que suelte la presión. Amo me deja respirar unos segundos y con mi cabeza entre sus manos vuelve a follarme hasta que le llega el orgasmo. Gime fuerte. Si puta. Que rico puta. Esto era lo que yo echaba de menos. Puta. 

Termina separándose de mí, me ordena abrir la boca y con unas pocas sacudidas con su mano termina vaciándose sobre mi lengua.

Mantengo su corrida en mi boca abierta hasta que recibo la orden.

- Traga.

Me quedo exhausta...  recuperando la respiración... las palpitaciones en la cara y el ojo izquierdo no se van. Sabor a metálico en la boca. El semen de Amo y mi sangre de algún corte con los dientes en la cara interna del carrillo.

Le ayudo a componerse el nuevo uniforme de rodillas en el suelo. Ya no hay botones que abrochar. En lugar de la camisa ahora Amo lleva un polo oscuro. Eso, junto con  el pantalón multibolsillos le dan un aire juvenil super excitante. Le abrocho el cinturón... dos trabillas más lejos. Amo... te estas quedando en los huesos, voy a tener que tomar cartas en el asunto eh? 

Le beso la hebilla y lo miro desde ahí abajo. No puedo ser más feliz. Él me sonríe y me acaricia la cabeza. Buena chica.

Vuelve a sentarse en el puesto y reponemos la película. Yo ni la veo... estoy aun en shock. Tengo unas ganas enormes de acurrucarme y me tumbo en la moqueta junto a sus zapatos. Necesito unos segundos para asimilar. Amo preocupado me mira y me pregunta si estoy bien. Como en mi vida, mi dueño. Le hago una señal con el pulgar y sonrío.  

Tras un par de minutos decido que ya me encuentro en la realidad, que no es un sueño, me doy cuenta de que me he corrido. Se lo hago saber a Amo. Ni sé cuándo. Me coloco sentada en el suelo y ya si, feliz y satisfecha como hacía meses... (literal) terminamos de ver la peli entre risas y charlas de colegas.

Sé que aún queda tiempo para volver a lo que una vez tuvimos. Pero me conformo con poder escaparme algún día como aquel y estar un ratito juntos los dos.




También quería aprovechar para agradecerte todo el esfuerzo que has hecho por mantenerme entretenida durante todo el confinamiento. Siempre tuviste un ratito para estar conmigo y ver pelis juntos en la distancia. Eso para mí ha sido un apoyo muy importante.

Sabes que te quiero... pero te lo tengo que decir. Es mi trabajo.



Te quiero, Amo. Te quiero mucho.







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Referencia a los libros.

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