Idealizar al Amo

Anoche Amo y yo pasamos una noche estupenda.

No es que hiciera mucho que no nos veíamos, apenas un par de días nos separaban de la última vez juntos, pero tenía más ganas de verle de lo normal. Estoy leyendo la novela de un amigo, y me sube la temperatura bastante. No es muy aconsejable leer BDSM en el trabajo, aunque en mi caso, sabiendo que al final de la jornada voy a tener mi dosis de Amo... pues me dejo encender por las páginas y así estoy en la temperatura justa cuando me es requerido.


El caso es que tras la cena (dos buenos entrecots con salsa roquefort y puré de papas casero) le comentaba que tenía una nueva fantasía y que la escribiría en el diario. Y hablando de todo un poco, finalmente, mientras se levanta y va a por una cerveza al congelador, me reprende.

- Me idealizas demasiado.

- Claro (le contesto desde mi sitio, en el suelo), es mi trabajo. Esto es parte del rollo de ser tu sumisa. Que te idealizo. Gracias a eso me mantengo caliente, me masturbo cada día y tengo morbo extra de sobra para calentarte siempre que me lo pidas. Así tienes a tu puta disponible cuándo y como gustas, tu cena preparada con dedicación digna del mejor de los chefs, buena conversación y compañía impecable. Sales ganando.

- Sí. Es verdad, salgo ganando.  

Amo vuelve de la nevera, se coloca detrás de mí y me coge un buen mechón de pelo tirando hacia arriba. Me lo tensa tanto que me levanta hasta que me quedo de rodillas, sin soltar el pelo se lleva mi cabeza a su entrepierna y se restriega con mi pelo. Mientras tira con una mano, con la otra comienza a abofetearme la cara con fuerza. Duele mucho, pero gimo. Me gusta que el Amo me abofetee. 

No parece muy contento con mi reacción y continua cada vez con más fuerza hasta que tras el gemido me sale un au... Repite golpeando mi cara. Intento esconderla entre sus piernas, pero no me deja. Tiene tan tenso mi pelo que me inmoviliza la cabeza. 

Comienzo a llorar. Amo se da por satisfecho con mi reacción y me libera. Se va hacia el asiento mientras se sube la camiseta.

- Haz tu trabajo, puta.

Ya no lloro. Sonrío de medio lado y me incorporo para lamerle los pezones. Siiiii... me encanta.

Amo sigue viendo su película y tomando su cerve fresquita mientras me dedico a darle placer, está satisfecho y me excita ser la artífice de esa sensación.

Amo se lleva mi cabeza hacia sí y me lame la oreja, sin cuidado, babeando y respirando mientras lame con dureza. Sabe que me pone cachondísima que haga eso... tras unos segundos, me susurra.

-Córrete, puta.

 Me dejo llevar por las sensaciones. La excitación de la espera, mi calentamiento de la tarde, el dolor intenso en mis mejillas, la respiración de Amo, su olor y su calor en mi oreja... Estallo en un orgasmo intensísimo que me hace temblar desde la nuca hasta los dedos de los pies.

- Gracias, Amo. - Logro decir tras recuperar el aliento.

- Sigue.

Obedezco y vuelvo a lamerle los pezones, uno con mi lengua el otro con el pulgar previamente salivado.

De fondo, en la película, suena una música divertida, y comienzo a contonear mis caderas al ritmo. Estoy disfrutando como una cría... Amo agarra entonces mi correa, que cuelga por la espalda enganchada al collar, con tranquilidad, noto como la manipula para cogerla en condiciones y me arrea un fuerte correazo en la parte baja de la espalda. Lejos de demostrar dolor, gimo y mientras sigo lamiendo, contoneo el culo pidiendo más. Él responde a mi súplica con tres correazos seguidos en el mismo punto, lo que me saca un aullido de dolor e instintivamente me agacho.

- No te he dicho que pares. Sube, zorra.

Cuando el dolor mitiga, tras un par de segundos, vuelvo a levantarme a reanudar mi trabajo. Amo sigue azotando varias veces mi culo y mi espalda con la correa, el dolor es tan intenso que nuevamente me sacude un temblor desde la nuca. 

-Amo, por favor... Quiero correrme..!

- Córrete.

Volví a estallar, a apretar con fuerza dejando que la excitación se apodere de mi cuerpo, Gimo y lloro de pura tensión. Finalmente el orgasmo pasa y vuelvo a mi trabajo.

- Gracias, Amo.

- Métete mi polla en la boca - Me ordena desabrochándose el pantalón. 

Mi premio, duro y caliente, por fin, me confirma que me he portado como se esperaba de mí, que he sido una buena puta. Ahora voy a llevar al Amo al clímax. Con mi mejor cara de vicio que sé poner abro la boca y sin dejar de mirarlo a los ojos voy aproximándome lentamente a su polla. Finalmente lo pierdo de vista y me concentro en darle todo el placer posible con mi órgano sexual favorito, mi boca de zorra hambrienta.

- Uuuuh... que rico, puta.... No pares, hoy te vas a beber mi leche, zorra de mierda... que sólo sirves para chupar pollas... abre bien esa puta boca... 

Amo sigue insultándome entre gemidos y  movimientos de pelvis, acompasando los míos de arriba a abajo, del glande a la base, profundos, con la lengua, hasta abrir mi garganta.

Finalmente, tras unos minutos deliciosos, se corre dentro. Como siempre tras vaciarse, me mantuve con la boca abierta en espera de la orden.

- Traga, zorra - Obedecí sonriente. Feliz.

Tras componerle el uniforme y colocarle el cinturón seguimos viendo la película tan a gustito hasta que un rato despues, comprueba en el reloj que es hora de marcharme para casa.


En el camino de vuelta, en el coche, no dejaba de darle vueltas... Idealizo demasiado al Amo...? 

Y yo misma me contestaba en voz alta, pero cómo no lo vas a idealizar con lo que has pasado hoy??? 

Si con dos horas a su lado tienes morbo suficiente para mantenerte húmeda semanas enteras!

A ver, soy consciente del ser humano, del hombre, de que es un mortal con sus cosas de mortales... con sus defectos, sus manías, sus cabezonerías y sus torpezas. Y sé que son parte de él. Pero necesito crear a mi Amo en mi cabeza para que activen las endorfinas y las melatoninas esas que hacen que me humedezca y pueda ser feliz. Y sí, para eso tengo que idealizarlo. 

Hablaba antes con unos amigos del tema. Todos los bottoms idealizamos a nuestros tops. Porque el BDSM se basa sobre todo en una excitación mental, en una relación de poder de un ser sobre el otro, lo que requiere de un gran componente imaginativo. Eso no quita que fuera del juego sexual vea a José Ángel como lo que es, un compañero de trabajo al que respeto y quiero hasta niveles preocupantes... como dice él, un paquete con mucho ingenio. Un buen compañero. 

Amo... te voy a idealizar un poquito más... me dejas?












2 comentarios:

  1. Que tierna, me encanta!. Ahi has dado en el clavo. Te queria poner algo en plan, idealizar es un juego bonito, pero no hay que olvidad que el Amo/a es un ser humano, y zás, me lo encontre mas adelante. Chapo, es un texto genial

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